En la madrugada del 17 de junio, la estudiante universitaria Mackenzie Lueck tomó un servicio de Lyft en el aeropuerto de Salt Lake City, en Utah. Acababa de pasar unos días con su familia en su natal California. Lo que ocurrió en las horas siguientes, se ha ido dilucidando con el paso de los días.
El viernes 25 de junio, las autoridades desplegaron un extenso operativo policial frente a un inmueble de la ciudad. Era la casa de Ayoola Adisa Ajayi, la última persona con la que habló Lueck por su teléfono el día de su desaparición.
Según informó la policía de Salt Lake City en una conferencia de prensa el viernes, Adisa Ajayi fue detenido y acusado de los cargos de secuestro agravado, asesinato agravado y profanación del cadáver de Mackenzie Lueck.
Horas antes, los investigadores habían encontrado en el jardín trasero de la casa del sospechoso un área quemada en la que recuperaron "tejido humano femenino". El jefe de la policía local, Mike Brown, reveló que una vecina de Ajayi, Teresa Draheim, vio al sospechoso quemar algo en su patio trasero entre el 17 y el 18 de junio.
Los exámenes forenses de los restos hallados concluyeron que el ADN coincidía con el de Lueck. Los investigadores además confirmaron que habían encontrado en el terreno calcinado objetos personales que pudieron identificar y que pertenecían a la víctima.
Desde que se produjo la detención el viernes, han surgido distintos testimonios sobre el detenido, cada cual, más escabroso que el anterior.
La esposa del acusado: "Me amenazó con un cuchillo"
Tenisha Jenkins reunió a sus hijos y huyó sin dejar rastro. Cambió de casa y de teléfono para que él no pudiera volver a contactar con ella. No compartía información a través de redes sociales, y permaneció oculta hasta ahora, que decidió atender a la prensa para contar su historia, después de leer en las noticias que su ex marido había sido detenido por el asesinato de una chica en Utah.
"Si necesitan que vaya a la corte a testificar en contra de él, les contaré cómo era de agresivo y controlador. Esto me podría haber pasado a mí. Le podría haber pasado a mis hijos", dijo decidida Tenisha Jenkins en una entrevista para el Daily Mail.
Tenisha Jenkins, 35 años, se casó con Ayoola Adisa Ajayi, 31, en Dallas en el año 2011. Ella ya estaba embarazada de su hijo más pequeño cuando le conoció. Contó que les presentó su madrina, quien le aseguró que Ajayi era una buena persona.
"Para nuestra primera cita fuimos a la casa de mi madrina. Él era genial, era una persona encantadora, no estaba loco", comenzó a explicar Tenisha. "A mis hijos les gustaba. Solía comprarles ropa, cosas para ellos. Pagaba mi departamento, la guardería, todo", añadió.
Sin embargo, tras cumplir su primer aniversario de bodas, todo comenzó a torcerse, y el experto informático comenzó a volverse más violento.
"AJ quería volver a su casa en Utah y yo no quería ir con él. Eso le hice enfadar pero tengo hijos, simplemente no podía irme de Dallas", relató Tenisha."Me dijo que no hablara con nadie. Solía controlarme. Empezó a ponerse más y más agresivo. Después, dijo que me mataría si no iba a Utah".
La última vez que lo vio, fue en la casa de un amigo en Dallas. Esa noche, él la amenazó, e intentó agredirla.
"Intentó ahorcarme con el cable de un teléfono. Cuando quise huir, bloqueó la puerta. Terminé saltando a través de una ventana y cortándome mi brazo con el cristal. Él me persiguió por la calle con un cuchillo y me cortó la mano. No fui a la policía pero me mudé de casa para que no pudiera encontrarme", narró Tenisha durante la entrevista con el medio británico.
Las amenazas de muerte continuaron por distintos medios, y se sentía "muy asustada", pero al final logró conseguir cierta paz lejos del acusado.
Su ex compañera de trabajo le acusó de violación
El sórdido relato de Tenisha Jenkins no fue el único que salió a la luz tras la detención del acusado por el secuestro y asesinato de Mackenzie Lueck. En estos días se dio a conocer que en 2014, una mujer presentó una queja policial en la que aseguraba que Ayoola A Ajayi la había violado.
Entonces, la presunta víctima, cuya identidad no fue revelada, no quiso presentar cargos, pero cumplimentó el informe "en caso de que él le hiciera lo mismo a otra persona" en el futuro.
Ella contó que conoció a Ajayi en el trabajo. Aunque las relaciones íntimas empezaron de manera consentida, hubo un momento en el que ella le quiso poner fin. Ahí se habría producido la agresión sexual.
Su contratista rechazó un extraño trabajo
A estas declaraciones se sumó las revelaciones que hizo hace pocos días un contratista llamado Brian Wolf en una entrevista para la cadena Fox. El constructor develó que el detenido le pidió que creara un habitáculo en su sótano de 1.20 por 2.70 metros. Quería que se accediera a él a través de una puerta secreta.
"Comencé a evitar más cosas, como que quería una cerradura a prueba de huella dactilar, aislarlo, y poner ganchos en el concreto. Era extraño lo que me estaba pidiendo", relató el contratista.
Ante las insólitas peticiones, Brian Wolf rechazó el empleo, y le dijo a Ayaji que no tenía tiempo para realizar el proyecto.
Ahora, el acusado permanece recluido en la prisión del condado de Salt Lake sin posibilidad de pagar fianza, acusado de asesinar a la estudiante de enfermería de 23 años, Mackenzie Lueck, con quien se habría encontrado en aquella madrugada del 17 de junio en el parque Hatch.