El presidente estadounidense, Donald Trump, aterrizó en Corea del Sur este sábado tras haber invitado repentinamente al líder norcoreano, Kim Jong Un, a reunirse con él en la Zona Desmilitarizada (DMZ) que divide la península. El Air Force One del mandatario llegó la base aérea Osan, al sur de la capital surcoreana.
El norteamericano propuso a Kim una reunión en la zona desmilitarizada situada entre las dos Coreas, aprovechando su visita a Seúl, que empezó este sábado.
La iniciativa llegó por sorpresa tras la última cumbre entre Trump y Kim, que acabó sin acuerdo sobre el programa nuclear norcoreano.
"Tras varias reuniones muy importantes (…) dejaré Japón rumbo a Corea del Sur (con el presidente Moon). Cuando esté allí, si el presidente Kim de Corea del Norte ve esto, me gustaría reunirme con él en la frontera para darle la mano y decirle hola (?)!", indicó Trump en Twitter desde la ciudad de Osaka, donde participó en la cumbre del G20.
Luego explicó que había actuado por puro instinto, y aseguró que no se había realizado ningún preparativo. "Se me ocurrió esta mañana", dijo el presidente estadounidense.
"Estaría muy cómodo haciéndolo, no me supondría ningún problema", agregó, al ser preguntado sobre un eventual paso al lado del Norte, en un lugar con una fuerte carga simbólica.
Trump aseguró que Kim "sigue" su cuenta en Twitter y que recibieron "rápidamente" una respuesta.
"Muy interesante"
Juzgando la propuesta "muy interesante", el poder norcoreano señaló que no había recibido ninguna invitación oficial pero dio a entender que el encuentro podía llevarse a cabo.
Una reunión en la DMZ sería una "nueva ocasión con la idea de profundizar las relaciones entre los dos dirigentes", declaró el viceministro de Relaciones Exteriores Choe Son Hui, citado por la agencia oficial KCNA.
Según la presidencia surcoreana, Trump aprovechó un breve encuentro con el presidente Moon Jae-in en el G20 para pedirle si había visto su tuit. "¡Intentemos hacerlo!", le dijo entusiasmado, con el pulgar levantado.
En las últimas tres décadas, la visita de la DMZ entre las dos Coreas se ha convertido en un paso casi obligado para los presidentes estadounidenses. Desde la visita de Ronald Reagan en 1983, solo George H.W. Bush no estuvo allí.
"Eso sí es una frontera"
Pero esta visita tiene lugar en un clima distinto. Tras años de aumento de tensiones a causa de los programas nuclear y balístico de Corea del Norte, la península coreana vive un momento de deshielo.
En abril de 2018 fue en Panmunjom, en la zona desmilitarizada, donde Kim Jong Un y el presidente surcoreano Moon Jae In se reunieron para un apretón de manos histórico en la línea de demarcación que divide la península coreana desde la guerra de Corea (1950-1953).
Un acontecimiento de este tipo podría "conducir a una reanudación de las discusiones", pero no hay que esperar "avances significativos a corto plazo en los esfuerzos de desnuclearización de Corea del Norte", subrayó Scott Seaman, analista del gabinete de reflexión estadounidense Eurasia Group.
El presidente estadounidenses aprovechó la ocasión para hablar indirectamente de su idea de construir un muro en la frontera con México.
"Cuando hablamos de muro, cuando hablamos de frontera, eso sí es una frontera, nadie cruza esa frontera, es lo que se llama una frontera de verdad", aseguró.
La zona desmilitarizada, situada al norte de Seúl, es un franja de terreno de 4 kilómetros de ancho y 248 km de largo, esta protegida con barreras electrificadas, campos de minas y muros antitanque.
En noviembre de 2017, durante una visita a Seúl, Trump intentó sin éxito visitar la DMZ.
El helicóptero presidencial, así como el del pequeño grupo de periodistas que le acompañaban, despegaron de la base de Yongsan para visitar el lugar pero tuvieron que dar media vuelta a causa de las condiciones atmosféricas.
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