Estados Unidos enviará otros 1.000 soldados a la región del Medio Oriente para hacer aumentar la seguridad de fuerzas propias y aliadas frente a la "amenaza creciente" de Irán luego de una series de confusos episodios en el Golfo Pérsico y el anuncio de Teherán con respecto al aumento de sus stocks de uranio enriquecido, indicó el secretario del departamento de Defensa, Patgick Shanahan.
La medida tiene como objetivo "garantizar la seguridad y bienestar de nuestro militares desplegados en la región y proteger nuestros intereses nacionales", señaló el secretario interino de Defensa.
"Los recientes ataques iraníes confirman las informaciones fiables y creíbles que hemos recibido sobre el comportamiento hostil de las fuerzas iraníes y de los grupos a los que apoyan, que representa una amenaza para los ciudadanos y los intereses estadounidenses en el conjunto de la región", precisó Shanahan en un comunicado.
El jefe del Pentágono se pronunció en sintonía con lo expresado recientemente por el presidente Donald Trump al asegurar que "Estados Unidos no busca un conflicto con Irán".
En acuerdo con el jefe del Estado Mayor y tras consultar a la Casa Blanca, "he autorizado el envío de 1.000 soldados adicionales con fines defensivos para contrarrestar amenazas aéreas, navales y terrestres en Medio Oriente", remarcó.
Y añadió: "Seguiremos monitoreando la situación de manera diligente para hacer ajustes a los niveles de fuerzas necesarios dados los informes de inteligencia y las amenazas creíbles".
En respuesta, el presidente iraní Hassan Rohani señaló que su país "no busca una guerra contra nadie" aunque insistió en que Irán podrá soportar la creciente presión de Estados Unidos y saldrá victorioso.
Mientras que el viceministro de Exteriores de Rusia, Sergei, Ryabkov, llamó a Estados Unidos a poner fin a lo que calificó de "provocaciones".
Esa decisión se tomó después de que el Mando Central de las fuerzas estadounidenses (Centcom) solicitara refuerzos en esa región, donde Washington tiene desplegados unos 20.000 militares.
A mediados de mayo, el Pentágono ya envió al Golfo un buque de guerra con vehículos y una batería de misiles Patriot, que se sumaron al despliegue del portaaviones USS Abraham Lincol y bombarderos B-52 en la región, ante presuntas amenazas de ataques "inminentes" por parte del régimen iraní.
Estados Unidos ya anunció a finales de mayo el envío de 1.500 soldados adicionales a Medio Oriente, alegando que era necesario para afrontar "amenazas persistentes" contra las fuerzas estadounidenses por parte de Teherán.
"Las cosas van a ir muy bien en Oriente Medio (…) No creo que Irán quiera luchar, y no creo que quieran luchar con nosotros, pero no pueden tener armas nucleares", dijo ese entonces Trump.
La tensión con Irán ha repuntado desde que Washington anunció en abril el fin de las exenciones a la compra del petróleo iraní y ha continuado con la designación como terroristas de los Guardianes de la Revolución y el aumento de la presencia militar estadounidense en Medio Oriente.
Esos roces volvieron a escalar en los últimos días tras el ataque a dos buques cisterna en el Golfo Pérsico, del que Washington ha acusado a Teherán que, por su parte, ha responsabilizado a EEUU y sus aliados en la región.
Con información de AFP y EFE
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