"Había sangre por todas partes": otro adolescente fue atacado por un tiburón en Carolina del Norte

Se trata del segundo ataque de un tiburón en Carolina del Norte en menos de nueve días, después de que Page Winter perdiera la pierna y parte de su mano en otro incidente en una playa estatal

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Austin Reed (izquierda) surfeaba en
Austin Reed (izquierda) surfeaba en Ocean Isle Beach, Carolina del Norte, cuando sintió un dolor insufrible en su pie derecho (Foto: GMA/especial)

Austin Reed, de 19 años, surfeaba este lunes a mediodía con un amigo en la playa de Ocean Isle, en Carolina del Norte, cuando sintió un dolor insoportable en su pierna derecha.

En ese momento, entendió lo que había ocurrido, pero no se atrevió a mirar la herida. Haciendo un esfuerzo por ser valiente, inclinó la cabeza unos segundos, y vio que bajo el agua, su pie derecho colgaba de su pierna. El mar a su alrededor estaba teñido de rojo.

"Tú, me mordió un tiburón", le gritó a su amigo Tyler.

Pero Tyler no le creyó en ese momento. Pensaba que les estaba gastando una broma pesada. Según explicó Ethan Reed a la cadena ABC 11, su hermano es "un muy payaso", y siempre está haciendo la gracia.

"Tyler pensó que Austin sólo estaba bromeando. Luego le miró el pie y se dio cuenta que no era mentira. Le subió a su tabla y vinieron a la orilla", contó Ethan Reed.

Ethan (a la derecha) y
Ethan (a la derecha) y Tyler (izquierda) relataron cómo ocurrió el incidente (Foto: ABC 11)

Cuando la madre de los chicos, enfermera de emergencias de profesión, vio a su hijo salir del agua con un rastro de sangre tras él, cayó presa del pánico. Fue ella quien presionó la herida para detener el sangrado hasta que llegaron los paramédicos.

Según las autoridades, Austin no llegó a perder la conciencia, y habló con el personal sanitario durante los 80 kilómetros que recorrió hasta llegar al hospital. Aunque en un principio temía que le amputaran el pie, o perder movilidad, todo quedó en un susto, y los médicos esperan que se recupere por completo sin secuelas. Desde el hospital, concedió una entrevista a ABC News y habló del momento en el que fue consciente de que un tiburón le había atacado.

"Estaba muy mal. Miré mi pie y había sangre por todas partes. Me atrapó bien. Le pedí a mi amigo que mirara mi pie porque me daba bastante miedo mirar. Estaba asustado porque pensé que quizás el tiburón me había arrancado el pie o algo así", contó Austin Reed a ABC 11.

Austin Reed dijo desde el
Austin Reed dijo desde el hospital que no se atrevía a mirar porque le daba miedo no tener pie (Foto: Wayne Reed)

"Creo que el tiburón le mordió y cuando tiró del pie para sacarlo parecía que un cuchillo le hubiera cortado el pie de derecha a izquierda", dijo el padre del adolescente, Wayne Reed, en una entrevista con WECT.

"Al principio estaba preocupado, ya sabes, por si podía perder su pie, su funcionalidad o algo así. Pero cuando llegó al hospital y se dio cuenta que todo acabaría con unos cuantos puntos, se tranquilizó mucho. Parece que va a quedarse en una historia y una cicatriz genial", añadió Wayne Reed aliviado.

Acerca de si regresará al mar para volver a surfear, Austin dijo que creía que sería "un chico de piscina" por un tiempo, pero que cree que después volverá a la playa. "Esto no me detendrá", dijo el adolescente.

Nueve días antes del ataque
Nueve días antes del ataque a Austin Reed, Page Winter perdió una pierna por el ataque de un tiburón, también en Carolina del Norte (Foto: Gofundme)

El ataque del que fue víctima Austin Reed se produjo sólo nueve días después de que un tiburón arrancara la pierna a Page Winter, una adolescente de 17 años que se bañaba a sólo tres horas en coche de la playa en la que surfeaba Austin.

El padre de Page, un bombero ex miembro de la Marina, golpeó hasta cinco veces al tiburón para que soltara a su hija, que tuvo que someterse a una cirugía de 14 horas para reconstruir una de sus manos y perdió una pierna tras el ataque.

Hace algunas semanas, un equipo de científicos alertó de la presencia de cuatro enormes tiburones blancos en las costas de las Carolinas: Luna, Jane, Caroline y Kate. Explicaron que los bañistas no tenían nada que temer porque estaban lejos de la costa.

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