Kay Ivey, gobernadora del estado de Alabama, en el sur de Estados Unidos, firmó este lunes una nueva ley que establece que los violadores de menores de 13 años ya condenados solo podrán aspirar a la libertad vigilada si se someten a un proceso de castración química, informaron este martes medios locales.
Bajo esta nueva ley, los criminales que acepten someterse a este proceso deberán comenzar el tratamiento al menos un mes antes de salir en libertad y deberán continuar con el procedimiento hasta que un juez determine que ya no resulta necesario, detalló este martes la cadena NBC.
Por el momento, Ivey ha evitado pronunciarse sobre esta polémica norma, a la que no mostró su apoyo hasta el momento de tener que sancionarla este lunes.
La propuesta de ley, que tiene carácter estatal, había sido presentada por el congresista republicano Steve Hurst, que durante el proceso de tramitación llegó a decir que, si por él fuera, este tipo de criminales afrontarían castigos mucho más duros.
"Si van a marcar a estos niños de por vida, ellos deberían ser marcados de por vida. Creo que si alguien le hace algo así a un niño pequeño, debe morir. Dios ya lidiará con ellos algún día", señaló la semana pasada el legislador en una entrevista con la televisión WIAT, filial local de la cadena CBS.
La castración química, que ya se realiza en países como Alemania, Italia, Chile, Colombia, El Salvador y República Dominicana, consiste en la aplicación de inyecciones cada seis meses que disminuyen la producción de testosterona e inhiben el apetito sexual.
Una decena de estados en EEUU contemplan la castración química para pederastas u otros condenados por delitos sexuales.
California fue el primer estado en aprobar en 1996 la castración química para pederastas condenados por delitos sexuales con niños de 13 años o menores como la violación o la sodomía.
Los estados de Florida, Georgia, Iowa, Luisiana, Montana, Oregón, Texas y Wisconsin también tienen medidas similares.
Con información de EFE
MÁS SOBRE ESTE TEMA:
Fue arrestado a los 13 años en Arabia Saudita y ahora quieren crucificarlo