"Están mirando con atención al portaaviones, porque saben que nosotros los estamos observando con atención", dijo el general Frank McKenzie en una ronda de periodistas.
El jefe del Comando Central de Estados Unidos estimó también que Irán está "recalculando" los pasos a seguir en la zona ante la llegada a la región del portaaviones de propulsión nuclear USS Abraham Lincoln, sin la presencia del cual ya se habría producido un ataque por parte de los persas.
El Lincoln se encuentra por el momento en aguas internacionales en el Mar Arábigo, específicamente en el Golfo de Omán, y en una presencia que envía una señal clara de cautela a Irán.
Con su contingente de destructores y cruceros de la Armada y una fuerza de combate de alrededor de 70 aviones, es la pieza central de la respuesta del Pentágono a lo que Estados Unidos llama amenazas iraníes de atacar a las fuerzas norteamericanas o a los barcos comerciales en la región del golfo Pérsico.
En los últimos años, no ha habido presencia regular de portaaviones estadounidenses en el Medio Oriente.
McKenzie, jefe del Comando Central estadounidense, dijo el viernes que en su opinión, si Washington no hubiera reforzado recientemente su presencia militar en la zona, probablemente ya se habría producido un ataque iraní debido a la "muy real" amenaza que Teherán representa.
Bajo el cielo estrellado, aviones de combate de la Marina de Estados Unidos despegaron recientemente, catapultados de la cubierta del portaaviones, y volaron hacia el norte sobre las oscuras aguas del norte del Mar Arábigo, una señal inequívoca para Irán de que el símbolo más importante del alcance mundial de las fuerzas armadas norteamericanas ha vuelto a la zona, y que, tal vez, será para permanecer por mucho tiempo.
El sábado, el Lincoln se encontraba en aguas internacionales al este de Omán y a unos 320 kilómetros (unas 200 millas) de la costa sur de Irán.
Un mes después de su llegada a la región, el Lincoln no ha entrado en aguas del Golfo Pérsico, y no es evidente que lo haga pronto. El USS González, un destructor que forma parte del grupo de ataque de Lincoln, ya está operando en el Golfo.
El contingente de 44 Super Hornets F-18 del Lincoln ha estado volando una serie de misiones calibradas cuidadosamente desde el portaaviones día y noche, principalmente para establecer una "presencia" visible de Estados Unidos. El general McKenzie dijo el sábado que ello parece haber causado que Irán haya "jugueteado" con la posibilidad de preparar posibles ataques.
En una entrevista con periodistas que viajan con él por toda la región del Golfo, McKenzie dijo que el portaaviones trajo una diferencia importante.
"Creemos que ellos están recalculando. Tienen que tener esto en cuenta al pensar en las diferentes acciones que pueden tomar, así que creemos que esto está teniendo un efecto estabilizador muy bueno", afirmó.
"Están mirando con atención al portaaviones, porque saben que nosotros los estamos observando con atención", agregó McKenzie.
Con información de AP
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