A menos que exista una decisión judicial en contrario de última hora, Missouri se convertirá este jueves en el primer estado de Estados Unidos en el que no se puedan practicar abortos desde 1973, en otro capítulo de la gran ofensiva conservadora contra este derecho aún garantizado por la Corte Suprema.
La poderosa organización Planned Parenthood, que administra en Saint-Louis la última clínica que practica la interrupción voluntaria del embarazo en el estado, presentó un recurso de urgencia para suspender la decisión de las autoridades locales de retirar su licencia.
Planned Parenthood pide a la corte que revoque una decisión "arbitraria, incoherente e ilegal", tomada por las autoridades de este estado del centro del país.
Pero para el gobernador, el republicano Mike Parson, la organización "ha violado las leyes estatales en muchas ocasiones con conocimiento de causa".
La audiencia, ante el juez Michael Stelzer, debe comenzar a las 10:30 locales (15:30 GMT).
"Esperamos que la corte vea exactamente lo que está sucediendo, que durante los últimos diez años el estado de Missouri ha impuesto regulación tras regulación sin fundamentos médicos", dijo el miércoles a CBS Leana Wen, presidenta de Planned Parenthood.
Según la organización, las autoridades evocaron en mayo "vacíos" legales y solicitaron a la clínica una serie de reformas antes de renovar su licencia de operación, que expira el viernes. También quieren entrevistar a los siete médicos que realizaron abortos en la clínica el año pasado.
La organización ha acordado cambiar sus procedimientos de consulta y examen, pero considera que no puede obligar a los médicos a declarar porque no son empleados de Planned Parenthood.
Como muchos estados conservadores, Missouri adoptó la semana pasada una ley muy restrictiva sobre el aborto, prohibiéndolo después de las ocho semanas de embarazo. Esta regulación todavía no ha entrado en vigor y es muy probable que se invalide ante un tribunal.
"Elegir la vida"
Esa ley está de hecho en contradicción flagrante con la jurisprudencia de la Corte Suprema estadounidense, que desde 1973 permite a las mujeres interrumpir su embarazo siempre que el feto no sea viable (alrededor de 24 semanas).
En 2018, la penúltima clínica del estado cerró después de que las autoridades obligaron a los médicos que practicaban abortos a afiliarse a un hospital. Según los medios estadounidenses, Missouri tenía cinco clínicas que practicaban abortos hace diez años.
El gobernador Parson estaba encantado el viernes de que su estado haya "alcanzado el nivel histórico más bajo de abortos, pasando de 20.000 a 3.000 por año".
"Al trabajar juntos, podemos continuar ayudando a la gente de Missouri a elegir la vida", agregó entonces.
En los últimos meses, varios estados religiosos o conservadores han lanzado una nueva ofensiva contra el derecho al aborto. El objetivo es llevar el asunto de vuelta a la Corte Suprema, donde los jueces conservadores volvieron a ser mayoría desde la integración de Brett Kavanaugh, designado por Donald Trump.
Louisiana aprobó el miércoles una ley que prohíbe que las mujeres recurran a una interrupción voluntaria del embarazo tan pronto como se pueda detectar un "latido del corazón" del feto, que es alrededor de la sexta semana de gestación. El gobernador demócrata John Bel Edwards anunció que promulgará el texto. Mississippi, Ohio, Kentucky, Georgia y Tennessee habían aprobado previamente leyes similares.
Alabama, en tanto, promulgó el 15 de mayo el texto más represivo del país, prohibiendo prácticamente todos los abortos voluntarios, incluso en caso de incesto o violación. Iguala el aborto a un homicidio y prevé una pena de 10 a 99 años de prisión para los médicos que lo practiquen, excepto en casos de riesgo de vida de la madre o "anomalías letales" del feto.
Charlotte Plantive para AFP
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