Un hombre en el estado de Pennsylvania, Estados Unidos, fue acusado y detenido por poner supuestamente ganchos de pescar en la comida que le ofrecía a gatos callejeros y ahora podría enfrentar cargos por crueldad animal.
El responsable es Kenny Rowles, de 27 años, vive en Plymouth, unos 160 kilómetros al noroeste de Philadelphia, la ciudad más poblada del estado. Las acusaciones en su contra incluyen tortura animal y lesiones corporales graves en gatos.
La Sociedad para la prevención de la crueldad animal dijo que un gato callejero fue encontrado en abril pasado en una casa abandonada en Plymouth con uno de estos ganchos usados para pescar clavado en su boca.
El gato fue atendido y sobrevivió, pero quedó con una herida visible en su boca. Posteriormente, dos felinos más fueron vistos con una cuerda de pescar saliendo de su boca, de acuerdo con un refugio de animales local.
Las autoridades señalaron que iniciaron a investigar a Rowles el mes pasado, después de recibir una llamada sobre un caso específico. Los policías fueron a la casa del sospechoso, ubicada en el centro de la ciudad.
El hombre admitió entonces haber puesto carne en un gancho con una cuerda de pescar en la parte posterior de su pórtico específicamente para que se acercaran gatos callejeros a comer.
De acuerdo con medios locales, Rowles fue arrestado y llevado a la prisión del condado de Luzerne, donde se encuentra detenido con una fianza de 100.000 dólares.
De acuerdo con una vecina de la zona, Dawn Mandygral, la casa abandonada donde fue visto el primer gato, es uno de los muchos felinos que fueron abandonados cuando desalojaron a los dueños de la casa y creía que alguien había estado dándoles de comer carne con ganchos a los animales.
Mandygral además declaró a una televisora local que "alguien deliberadamente estaba 'pescando gatos'". Sin embargo, el resto de los gatos callejeros de la zona aparecieron sin daño, de acuerdo con las autoridades.
"Los cargos (contra el hombre) son muy serios", declaró la encargada de la oficina del condado de Luzerne. "Sus intenciones fueron preocupantes. Una cosa es ser negligente, pero otra es dañar intencionalmente y a sabiendas de lo que hace, va contra la ley", añadió.
La oficina del condado recibió una llamada del refugio para gatos "Whiskers" que advertía que Rowles presumía con sus vecinos que atraía gatos para "pescarlos" con los ganchos.
En la denuncia penal contra Rowles, el acusado señaló que sólo había puesto los ganchos para alimentar a los gatos y no para lastimarlos, e incluso lloró durante su comparecencia ante las autoridades.