Buscan abrir una investigación contra el hospital de Chicago que atendió a la asesina de Marlen

La asesina de Marlen tenía las trompas de falopio ligadas, llegó al hospital con la cara cubierta en sangre, y no mostraba evidencias físicas de un parto, pero cuando dijo a los médicos que el recién nacido era suyo, estos no sospecharon ni alertaron a las autoridades hasta dos semanas después

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La oficina del alguacil del
La oficina del alguacil del condado de Cook considera que el hospital infringió la ley que le obliga a denunciar los casos de niños desamparados y víctimas de abusos ante las autoridades (Foto: especial)

El sheriff de la oficina del condado de Cook, en Chicago, solicitó a la Agencia de Bienestar Infantil del estado de Illinois que determine si el hospital al que acudió la asesina de Marlen actuó diligentemente en el caso.

Aunque la oficina del sheriff no participó en la búsqueda de Marlen Ochoa, sí se pronunció sobre el crimen y defendió que el hospital debería ser investigado por no haber reportado los hechos en su debido momento.

El pasado 23 de abril, una mujer llamada Clarisa Figueroa, de 46 años, llamó a emergencias. Según su versión, acababa de dar a luz a un niño que no respiraba. Los paramédicos trasladaron a la adulta y al neonato al hospital Adventist Christ Medical Center, en el suburbio de Oak Lawn, Chicago.

Al llegar a la sala de observación, Clarisa Figueroa tenía sangre en la cara y en la parte superior del cuerpo, pero el plasma no era suyo. Los enfermeros y médicos del centro examinaron a la paciente, y no descubrieron evidencias físicas de un parto. La mujer tenía incluso ligadas las trompas de falopio desde hacía años, por lo que era imposible que fuera la madre del recién nacido.

A la izquierda, Clarisa Figueroa
A la izquierda, Clarisa Figueroa con su hijo, que perdió la vida a los 20 años. A la derecha, la foto que Clarisa subió a GoFundMe junto a su supuesto bebé, que en realidad había arrancado a Marlen del vientre tras asesinarla (Foto: Facebook/GoFundMe)

A pesar de todas estas alarmantes revelaciones, el centro médico no alertó a las autoridades, por lo que la oficina del sheriff considera que omitió su deber. Una ley obliga al hospital a denunciar ante la policía todos los casos de niños que podrían ser víctimas de abusos, o estar desamparados.

El pasado sábado, el portavoz del Departamento para Niños y Familias de Illinois, Jasson Strokosch, dijo que no sabían "nada de lo que estaba ocurriendo en el hospital".

En conferencia de prensa aseguró que no entendía cómo el hospital no llamó a las autoridades para informar de que había ingresado a urgencias una mujer cubierta de sangre y con las trompas de falopio ligadas, que afirmaba ser la madre de un bebé recién nacido que claramente no era suyo. A pesar de esto, dijo Strokosch, no quiso hacer especulaciones.

Durante dos semanas, Clarisa Figueroa pudo fingir que era la madre de un bebé que en realidad había arrancado del vientre de Marlen Ochoa, una adolescente embarazada. Llegó incluso a publicar una petición en GoFundMe para que los usuarios le enviaran donaciones y así poder cubrir los gastos de su supuesto hijo, gravemente enfermo.

Clarisa Figueroa (izquierda) estranguló a
Clarisa Figueroa (izquierda) estranguló a Marlen Ochoa (derecha), para quedarse con su bebé recién nacido. Estaba obsesionada con ser madre, y no podía, por lo que planeó el asesinato de la adolescente, a la que contactó a través de un grupo de Facebook (Foto: Chicago Police Department/Facebook)

La farsa le duró hasta el 9 de mayo. Dos días antes, una amiga de la joven desaparecida dijo a la policía que ésta había entablado amistad a través de Facebook con unas desconocidas que le iban a regalar ropa para su bebé. Dio sus nombres: eran Clarisa Figueroa, de 46 años, y su hija Desiree, de 24.

Cuando la policía acudió a casa de Clarisa Figueroa, Desiree les dijo que acababa de ser madre y que estaba internada en el hospital. A sólo unas calles de allí, los agentes encontraron el auto de la adolescente desaparecida.

Sólo en ese momento el hospital reveló lo que sabía, y de inmediato, los oficiales pidieron que se realizara un análisis de ADN al niño. Por supuesto, el bebé no tenía ninguna relación de parentesco con Clarisa Figueroa. Su sangre, sin embargo, arrojó una coincidencia: el recién nacido era hijo de Yovani López, esposo de Marlen.

Los exámenes de ADN confirmaron
Los exámenes de ADN confirmaron que el esposo de Marlen era el padre del recién nacido, y descartaron alguna relación de parentesco con la asesina, Clarisa Figueroa (Foto: change.org)

La policía encontró el cadáver de la joven latina en la casa de Clarisa Figueroa. Según el dictamen del forense, Marlen Ochoa murió estrangulada, y después, la asesina le realizó un corte en el vientre para sacarle al bebé. Por el crimen fueron detenidas Clarisa Figueroa y su hija Desirée, ambas acusadas de asesinato y de provocar daños cerebrales a un menor de edad. También fue arrestado el novio de Clarisa Figueroa por encubrir un delito.

En los últimos días, el hospital se ha enfrentado a una lluvia de críticas por su negligente manejo del caso. Según la directora de políticas de la oficina del alguacil,  si el Departamento de Servicios Familiares responde a su petición y determina que Advocate Christ Medical Center infringió la Ley de Denuncia de Niños abusados y desatendidos, se abrirá una investigación.

 
 
 
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