Un programa estadounidense que otorga residencia legal a extranjeros a cambio de inversiones que generen empleos provoca una ola de interés de latinoamericanos que huyen de la agitación en sus países de origen.
Para los brasileños, el número de visas del programa, conocido como EB-5, se multiplicó por diez entre 2015 y 2018 mientras la mayor economía de América Latina luchaba por salir de una recesión. El total de Venezuela se disparó a medida que se adentraba en una espiral de hiperinflación. En el caso de México, el aumento coincidió con la exitosa campaña presidencial del populista de izquierda Andrés Manuel López Obrador. Los tres países también han sufrido oleadas de crímenes violentos.
"Cuando las personas ven que su propio país enfrenta cambios económicos y políticos dramáticos o fundamentales deciden hacer un cambio, ya sea para ellos mismos o para la próxima generación", comentó Rodrigo Azpúrua, cuya compañía, Riviera Point Invest + Develop, ha utilizado los fondos de la visa EB-5 para construir proyectos inmobiliarios en el sur de Florida.
Venezolanos invirtieron en el complejo de oficinas de Riviera en Doral, Florida, cerca del campo de golf que organizó la competencia de fin de temporada 2018 de la PGA para golfistas latinoamericanos. Brasileños ayudaron a financiar la construcción del estadio de Orlando City, equipo de la Major League Soccer. Latinoamericanos han financiado además una gran cantidad de hoteles en EE.UU. con marcas como Hilton, Marriott y Radisson.
Apuestan por un programa controvertido en momentos en que legisladores piden una regulación más estricta o incluso su eliminación total. El programa de la visa EB-5, que requiere un mínimo de US$500.000 para iniciativas que den trabajo a por lo menos 10 trabajadores estadounidense, se ha visto perjudicado por casos de fraude y los críticos afirman que permite a los ricos comprar green cards, lo que atenta contra otros solicitantes calificados.
Si bien la visa EB-5 fue diseñada para beneficiar a diversas industrias de EE.UU., se ha convertido en una herramienta clave de recaudación de fondos para el sector de bienes raíces. Varias inmobiliarias, incluida la firma dirigida por la familia de Jared Kushner, yerno y consejero principal del presidente Donald Trump, han usado dinero del programa EB-5, crucial para la construcción del proyecto Hudson Yards de US$25.000 millones en el oeste de Manhattan.
Los inversionistas chinos han dominado durante mucho tiempo el programa, que tiene un objetivo mundial de aproximadamente 10.000 green cards al año. La EB-5 sigue siendo popular en China, pero las inmobiliarias buscan fondos en otros lugares, incluida América Latina.
El número de visas EB-5 que se emiten anualmente para latinoamericanos puede superar las 2.000 en los próximos tres años, el doble que en 2018, según Julián Montero, abogado de Saul Ewing Arnstein & Lehr, que asiste a clientes en tales inversiones. El aumento en el interés de los latinoamericanos se produce en momentos en que Trump ataca a la inmigración, tanto legal como ilegal, y su impacto percibido en el mercado laboral de los EE.UU. y la seguridad nacional.
Fuente: Bloomberg