Anna Sorokin, la joven que fingió ser millonaria y estafó a amigos y celebridades, fue sentenciada este jueves a entre cuatro y 12 años de prisión por estafar a bancos y hoteles por cientos de miles de dólares que usó para financiar su lujoso estilo de vida neoyorkino.
La "artista de la estafa", de 28 años y que había convertido su juicio en una pasarela de modas para provocar a la prensa sensacionalista y a las redes sociales con sus diferentes vestidos y atuendos, reaccionó con un sollozo tras escuchar la sentencia.
La cantidad de tiempo real que pasará tras las rejas, sin embargo, dependerá de factores como su comportamiento, de acuerdo con las leyes locales del estado de Nueva York.
Sorokin fue condenada por una corte de Manhattan este jueves tras ser encontrada culpable el mes pasado por ocho delitos de fraude, al embaucar a celebridades, banqueros, artistas y amigos durante casi un año, entre 2016 y 2017, robándoles en el proceso unos 275.000 dólares.
La juez Diane Kiesel aseguró que Sorokin había sido "cegada por el brillo y el glamour" de la ciudad de Nueva York, mientras recurría al fraude para financiar una vida que nunca podría haber pagado de otra manera.
"Estoy impactada por la profundidad del engaño de la acusada", aseguró la juez Kiesel. "La señorita Sorokin no tenía una gran cantidad de dinero, pero sí una gran estafa", añadió.
Sorokin tuvo oportunidad de dirigirse a la corte brevemente antes de la sentencia. "Me disculpo por los errores que cometí", dijo. Además del tiempo que pasará en la cárcel, se le ordenó pagar unos 200.000 dólares en restitución del fraude cometido y además unos 24.000 dólares en multas.
El abogado defensor de la muchacha, Todd Spodek, no quiso responder sobre si Sorokin le estaba pagando sus honorarios. Tampoco quiso responder si recibió o ha recibido dinero de Netflix o HBO, compañías que buscan llevar a la pantalla chica la historia del fraude.
Con astutas mentiras y una inaudita confianza en sí misma, la joven, que decía llamarse Anna Delvey, consiguió que varios bancos le prestaran decenas de miles de dólares. Viajó gratis en aviones privados y vivió meses en lujosos hoteles de Manhattan cuyas cuentas nunca pagó, según la fiscalía de Nueva York.
Hija de un ex chofer de camiones ruso que se mudó a Alemania cuando tenía 16 años, intentó asimismo conseguir un préstamo de USD 22 millones para financiar un club privado en Manhattan que albergaría una colección de arte, bar y discoteca.
De largo cabello castaño claro y rostro angelical, Sorokin, que frecuentaba a la crema y nata neoyorquina y solía vestir ropa de Balenciaga, fue encarcelada hace un año y medio en la infame prisión de Rikers Island.
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos expresó esta semana que buscará deportar a Sorokin a Alemania, ya que su visa caducó en 2017, donde cumpliría el resto de su sentencia.