Una farmacéutica estadounidense sobornó a sus empleados y médicos con todo tipo de regalos para que pusieran en circulación un medicamento altamente costoso.
De acuerdo con las acusaciones de dos ex empleados de Questcor, la empresa daba tarjetas regalo para Starbucks, viajes pagados a Las Vegas y cenas en los restaurantes más lujosos a cambio de que vendieran su producto.
La demanda se había interpuesto desde el 2012 pero apenas concluyó el mes pasado, cuando el gobierno de Estados Unidos decidió intervenir.
Las acciones de Mallinckrodt, la farmacéutica que compró Questcor, cayeron un 14 por ciento después de que CNN informara sobre la demanda.
El medicamento en cuestión se llama Acthar y es empleado para tratar convulsiones en niños, pero gracias al aumento de precios se volvió altamente rentable y la compañía presionó a los médicos para que la utilizaran "fuera de etiqueta" y la recetaran para otros malestares como esclerosis y otras enfermedades crónicas.
Acthar le costó a cada paciente unos USD 150 mil, cuando en el mercado existía una alternativa para el mismo tratamiento mucho más económica USD 800, aseguraron los denunciantes.
Mallinckrodt se defendió argumentando que la demanda tenía varios años y que las acusaciones correspondían directamente a Questcor. Incluso ha estado cooperando con el Departamento de Justicia para tratar de aminorar las posibles consecuencias.
"Como la demanda se refiere principalmente a las acusaciones de conducta anterior a la adquisición de Acthar Gel por parte de Mallinckrodt, no prevemos ningún impacto en la forma en que Mallinckrodt realiza negocios en la actualidad", explicó la compañía en un comunicado.
Los presuntos sobornos fueron expuestos por la parte demandante.
Presuntamente la farmacéutica utilizó un especialista en ventas para llevar a los médicos a Las Vegas y pagarles lujosos tratamientos de spa.
Otro médico, que tiene su consultorio en Nueva York, comenzó a recetar Acthar después de que le invitaron una cena lujosa a él y su esposa en un restaurante en el Hotel Ritz-Carlton en Westchester, según la queja.
Cuando los médicos no tenían reuniones con los vendedores, el personal de ventas supuestamente recurrió a sobornar al personal de la oficina con tarjetas de regalo de Dunkin Donuts y Starbucks. Algunos de esos regalos fueron valorados en USD 500.
Otros métodos incluyeron repartir fondos de investigación a médicos que promocionaron el producto, de acuerdo con la demanda.