El presidente, Donald Trump, se distanció este jueves de Wikileaks después de que su fundador, Julian Assange, fuera detenido en las últimas horas en Londres a petición del Departamento de Justicia, que lo acusa de "conspiración" para infiltrarse en ordenadores del Gobierno.
"No sé nada sobre Wikileaks. No es asunto mío", dijo el mandatario a los medios de comunicación en una conferencia de prensa en la que recibió al presidente surcoreano, Moon Jae-in, en la Casa Blanca.
La declaración fue bastante distinta de la que lanzó durante la campaña presidencial del año 2016, cuando en un acto en Pensilvania afirmó: "Amo WikiLeaks".
Sus declaraciones, en tono divertido, surgieron en los momentos más álgidos de la campaña que lo llevaron a la presidencia de Estados Unidos, después de que WikiLeaks filtrara mails de su adversaria demócrata, Hillary Clinton.
Assange fue arrestado en la embajada de Ecuador en Londres a petición de Washington, que acusa al activista de origen australiano de coordinar con la ex soldado Chelsea Manning para descifrar claves de acceso a ordenadores del Gobierno con las que acceder a información clasificada sin dejar rastro.
En 2010 Manning filtró a WikiLeaks más de 700.000 documentos clasificados como "alto secreto" sobre las guerras de Irak y Afganistán y cables del Departamento de Estado, lo que supuso un revés para la diplomacia del país y alimentó un debate sobre el papel de Washington en el mundo.
Trump dijo hoy que no sabía "nada" sobre este asunto y agregó que será el fiscal general, William Barr, el que decida cómo proceder en adelante.
En el año 2017, consultado sobre la situación de Assange, Trump dijo que "no apoyaba o apoyaba" la decisión de WikiLeaks de difundir correos electrónicos filtrados y que no se involucraría en ninguna decisión del gobierno estadounidense para arrestar a Assange.
"No estoy involucrado en esa decisión", dijo Trump a The Associated Press en aquel entonces sobre el arresto de Assange. "Pero si quieren hacerlo, está OK por mí".
El año pasado, las autoridades acusaron a un colaborador de Trump, Roger Stone, de haber contactado con Wikileaks durante la campaña electoral de 2016 para pedirle que filtraran correos electrónicos de la entonces candidata demócrata, Hillary Clinton, con el fin beneficiar a la candidatura del ahora presidente.
Trump también se refirió este jueves a la decisión de Barr de crear un grupo de trabajo para evaluar si la ya concluida investigación de la llamada trama rusa, que ha indagado sobre los presuntos vínculos entre su equipo electoral y Rusia, pudo suponer un "abuso de autoridad" por parte del Gobierno.
Barr anunció el miércoles esa medida durante una audiencia ante el Senado en la que destacó que las autoridades habían espiado al equipo de campaña de Trump, aunque matizó que no tiene indicios de que esta vigilancia no se hubiera producido conforme a la ley.
Trump expresó su deseo de que se abra una investigación sobre lo ocurrido: "Creo que lo que dijo (Barr) fue absolutamente cierto, totalmente estaban espiando mi campaña (…). Iré un paso más allá, en mi opinión fue un espionaje ilegal, sin precedentes. Algo que no debería permitirse que vuelva a pasar en nuestro país otra vez", sostuvo.
De acuerdo con medios estadounidenses, el presidente Trump elogió públicamente a WikiLeaks más de cien veces, e incluso había un póster de Assange en un salón de debates del republicano.
"WikiLeaks, amo WikiLeaks", dijo Trump en Pensilvania; "WikiLeaks es como el cofre de un tesoro", dijo en Michigan y "Amo leer WikiLeaks", dijo en Ohio.
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