Los residentes de Chicago eligieron este martes a una mujer negra y lesbiana como su alcaldesa, en una primera vez histórica en esta ciudad que lucha con las inequidades sociales y la violencia armada.
Lori Lightfoot, una ex fiscal federal y abogada en ejercicio de 56 años que nunca antes había desempeñado un cargo electo, superó a Toni Preckwinkle, también afroamericana, por un amplio margen de 74% contra 26% de los votos en los resultados preliminares, ya con la mayoría del escrutinio realizado.
Lightfoot se convertirá así en la primera alcaldesa abiertamente gay de Chicago y en la primera mujer afroamericana en ocupar el cargo. Desde 1837, los votantes de esta ciudad habían elegido solo un alcalde negro y una alcaldesa.
"Enfrentamos a intereses poderosos", dijo Lightfoot en su discurso de victoria, acompañada por su esposa y su hija. "Hoy, ustedes hicieron más que historia, crearon un movimiento para el cambio", aseguró a una multitud de entusiasmados seguidores.
Preckwinkle es la jefa ejecutiva del condado de Cook, donde está Chicago, lo que según los analistas le jugó en contra en una elección en la que los votantes querían agitar al estamento político de la ciudad, hartos de una violencia armada que se cobra más vidas aquí que en cualquier otra gran ciudad estadounidense y de años de corrupción política.
Las dos candidatas, ambas demócratas, compitieron con programas reformistas progresistas y promesas de hacer una limpieza en el gobierno de la ciudad y reducir las desigualdades económicas.
"La gente espera que ocurra algo diferente. Ser el buque para eso es abrumador", había dicho Lightfoot a periodistas el martes antes de que se abrieran las urnas.
Una rica experiencia
Lightfoot nació el 4 de agosto de 1962 en Massillon, Ohio. Estudió ciencia política en la Universidad de Michigan y luego se graduó de abogada en la Escuela de Derecho de la Universidad de Chicago. Su primer contacto con la política fue trabajando como asesora de los congresistas Ralph Regula y Barbara Mikulski.
Trabajó muchos años como abogada en el estudio Mayer Brown. En ese contexto, representó a candidatos del Partido Republicano que protestaban por reglas electorales injustas que beneficiaban al oficialismo demócrata. También defendió al oficial de policía Paul Powers, acusado por cargos de agresión física.
Desde hace más de una década está casada con Amy Eshleman. Juntas adoptaron a Vivian, su hija que actualmente tiene 11 años.
Por su orgullo de ser mujer, afroamericana y lesbiana, Lightfoot recibió duros ataques durante la campaña, donde además tuvo que defenderse de su posible falta de experiencia para enfrentar los desafíos de corrupción y violencia que caracterizan a Chicago.
Efectivamente, nunca ejerció un cargo electivo. Aunque sí pasó pasó por distintas instancias en la administración pública de Chicago, así que conoce sus vericuetos y sus complejidades.
Fue fiscal auxiliar para el Distrito Norte de Illinois (1996-2002); administradora jefe de la Oficina de Normas Profesionales del Departamento de Policía de Chicago (2002-04); jefa de personal y asesora general de la Oficina de Comunicaciones y Gestión de Emergencias de Chicago (2004-2005); primera oficial adjunta de adquisiciones en el Departamento de Servicios de Adquisiciones de Chicago (2005); copresidenta del Grupo de Trabajo de Responsabilidad de la Policía de Chicago (2016); y presidenta de la Junta de Policía de Chicago (2015-18).
Su experiencia trabajando cerca de la Policía puede ser clave, ya que la inseguridad es el principal reclamo de la ciudadanía de Chicago. Con 550 homicidios en el año 2018, se mantuvo como la metrópoli con mayor índice de criminalidad del país, por encima de Nueva York y Los Ángeles.
Lightfoot prometió reformas policiales y se presentó a sí misma como el remedio a las políticas de su antecesor, el demócrata Rahm Emanuel, que durante su mandato cerró colegios públicos en los que estudiaban jóvenes afroamericanos e hispanos por falta de presupuesto.
Con información de AFP y EFE
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