Todas las mañanas Julia Isabel Amparo Medina cruza de Tijuana a San Ysidro para atender a la escuela primaria, pero el lunes fue diferente. No solo no llegó a clases, sino que pasó detenida 32 horas por oficiales de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos, acusada de mentir sobre su identidad.
Julia forma parte de un grupo de cientos de niños que viven en México y atienden a las escuelas de San Ysidro, que está a solo 9 kilómetros.
La niña de 9 años nació en los Estados Unidos y tiene pasaporte norteamericano, pero debido a "inconsistencias" en sus declaraciones, las autoridades de migración estadounidenses la retuvieron lejos de su familia casi dos días.
(Video: NBC 7 San Diego)
Michelle Cárdenas, amiga de la madre de Julia, llevaba a la niña y a su hermano Óscar Amparo Medina de 14 años a la escuela cerca de las 04:00 am, pero al mirar que la fila para cruzar la garita de San Ysidro estaba congestionada, instruyo a los niños, al igual que a otros dos menores que los acompañaban, a que cruzaran la frontera para que un Uber terminara el viaje en territorio estadounidense.
Los agentes de la Patrulla Fronteriza detuvieron a Julia. Argumentaron que la foto de su pasaporte era antigua y no era parecida a ella. Amenazaron a Óscar con fincar cargos por tráfico humano y sexual.
Julia aseguró que fue presionada para decir que Óscar en realidad era su primo y no su hermano. De hecho, el joven relató que los oficiales le hicieron firmar un documento asegurando que era primo de la niña.
La Patrulla Fronteriza aseguró a NBC que la niña "dio información inconsistente durante su inspección", por lo que fue puesta en custodia "para las diligencias necesarias que confirmaran su identidad y ciudadanía".
"Es importante para el Departamento de Aduanas y Seguridad Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) cerciorarse de la identidad de un niño que viaja sin sus padres o un tutor", expresó un vocero del CBP.
La agencia defendió su decisión y el tiempo que le tomó verificar la identidad de Julia.
"Estaba asustada. Estaba triste porque no tenía a mi mamá o a mi hermano. Estaba completamente sola", dijo entre lágrimas Julia, cuando finalmente se pudo reunir con su madre.
Fueron horas de angustia también para su madre, Thelma Galaxia, quien al enterarse de las dificultades por las que atravesaba su hija, involucró al Consulado mexicano en California.
"A mi hijo le hicieron firmar", expresó consternada Thelma sobre el documento que firmó Óscar aceptando que Julia no era su hermana, sino su prima.
"Eso no es verdad… ella es mi hija. Le dijeron (a Óscar) que lo llevarían a la cárcel y lo iban a acusar de tráfico humano y sexual".
Casi dos días después de lo que debía ser un viaje de rutina a la escuela, la familia se pudo reunir cuando el CBP constató la identidad de Julia.
Julia seguirá acudiendo a la Escuela Elemental Nicoloff, mientras que Óscar lo hará a la preparatoria de San Ysidro, pero el temor a cruzar la garita será permanente.
Detenciones de estadounidenses
Dos mujeres estadounidenses demandaron a la Patrulla Fronteriza a inicios de 2019 luego que un agente las detuviera el año pasado por el solo hecho de hablar en español.
El 16 de mayo de 2018 en Havre, Montana, un pueblo a 70 km de un cruce con Canadá, el oficial Paul O'Neal, estaba en la fila para pagar, detrás de Ana Suda y Martha 'Mimi' Hernández, y al notar el idioma en que hablaban les preguntó dónde nacieron.
Ellas respondieron que eran originarias de Texas y California, pero no fue suficiente. Exigió entonces ver sus identificaciones y las detuvo junto a su patrulla, en pleno estacionamiento, según su testimonio contenido en una demanda que la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU).
"Esto ha sido devastador para ellas. Havre es una pequeña ciudad y se sintieron desterradas, humilladas, no bienvenidas en su propia ciudad, en su propio país", dijo el abogado Cody Wofsy, que lidera la acción judicial.
Grabando un video con su celular, Suda exigió que el oficial explicara la razón de su detención. "La razón por la que pedí sus identificaciones es porque llegué y vi que estaban hablando español que casi no se escucha por acá arriba", justificó él. "Esto es por un perfil racial, ¿cierto?", lo increpó ella. "No tiene nada que ver con eso, tiene que ver con el hecho de que estaban hablando español en la tienda, en un estado que habla principalmente inglés", insistió el agente.
ACLU, la mayor organización de defensa de derechos humanos de Estados Unidos, indicó que la detención "violó los derechos constitucionales" de Suda y Hernández.
"Hablar español no es ilegal. De hecho, no hay un idioma oficial en Estados Unidos. Los estadunidenses hablan cientos de idiomas diferentes", destacó ACLU en su comunicado. "Hay ciudadanos estadounidenses que hablan español en casa con sus familias, y decenas de millones que hablan español como segunda lengua", siguió. "Y Montana, como el resto del país, es cada vez más diverso en términos de raza, etnia e idioma".
Niños separados en la frontera
La crisis migratoria que se vive en la frontera sur de los Estados Unidos ha dejado a "miles" de niños indocumentados separados de sus padres. Así lo confirmó un informe de la Oficina del Inspector General del Departamento de Salud y Servicios Humanos estadounidense.
Una orden de la Casa Blanca instruyó dejar a los menores de padres indocumentados arrestados bajo el resguardo de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR, por sus siglas en inglés).
El decreto generó un debate nacional y una demanda colectiva, que terminó con una ordenanza de un juez federal para detener la práctica el 26 de junio de 2018.
El informe de ORR reveló que hubo más de 2.600 casos de menores separados de sus padres, una cifra superior a la admitida por el gobierno federal.