Los escépticos de las vacunas han sido materia prima de muchas noticias recientemente por los brotes de sarampión en los Estados Unidos y la Unión Europea, además de las campañas de influencia en las redes sociales y estudios que los vinculan al voto populista. Ahora también son el objetivo de mercado de una misteriosa empresa que propone, en lugar de darse la vacuna contra la gripe, limpiarse la nariz con un pañuelo usado por alguien infectado. Que vende a USD 79,99.
Vaev Tissue es una startup de Los Angeles, o acaso Copenhague, ya que no aparece en el registro oficial de empresas de California pero la capital de Dinamarca es su locación en Twitter. Su producto llega al usuario en una caja blanca, dentro de la cual hay una placa de Petri sellada por una cinta dorada. Al abrirla, se encuentra un pañuelo de papel usado. Y dentro del pañuelo, se supone, los gérmenes de una persona enferma que estornudó sobre él profesionalmente.
Una nota acompaña el envío: "Creemos que usar un pañuelo portador del estornudo humano es más seguro que las agujas o las píldoras".
Time habló con Oliver Niessen, fundador de Vaev. "La idea básica es que uno elija enfermarse ahora con el objetivo de no volver a enfermarse con el mismo resfrío luego", dijo. "Esa clase de libertad, esa clase de lujo de elegir. Personalizamos todo en nuestra vida, y tenemos todo exactamente como nos gusta, así que ¿por qué no abordar la enfermedad del mismo modo?"
Charles Gerba, profesor de microbiología en la Universidad de Arizona, ofreció una respuesta al semanario: "Hay más 2oo tipos de rinovirus, así tendríamos que pasarnos unos 200 pañuelos por la nariz cada vez". Inocularse contra uno —si eso garantizara el pañuelo de Vaev— no protege contra los demás. Por eso no existe una vacuna contra el resfrío común.
El contagio es probable si el pañuelo contaminado ha sido refrigerado o tratado con un conservante que mantenga a virus con vida, agregó Gerba. Pero ¿cómo sabe el consumidor cuál es el contenido específico de Vaev, siquiera si causa un resfrío o una gripe? "Niessen se negó a hablar sobre los procedimientos de análisis", explicó Time.
"Vaev, dijo Niessen, tiene un 'equipo' de unos 10 personas de confianza para estornudar, algunos de los cuales fueron reclutados en línea. Dijo que la empresa confirma que una persona esté realmente enferma, que no esté sufriendo sólo una alergia. 'Una persona enferma estornuda en un lote de nuestros pañuelos, y luego los ponemos en nuestro packaging, y así funcionan', dijo. 'Los enviamos por correo'".
Gerba objetó que la operación conlleva "una responsabilidad increíble", porque un adulto mayor, por ejemplo, o un niño, o una persona con el sistema inmunológico afectado podría tener una reacción adversa, al punto de la muerte. Nada de eso se advierte en las instrucciones que se incluyen con el pañuelo usado, que sólo dicen que el producto de Vaev es para adultos y niños mayores de seis años.
En las playas de Venice, California, una Brigada Vaev de bellas mujeres repartió la novedad como parte del marketing. "Los típicos clientes de Vaev son padres jóvenes y gente en sus veintes, dijo Niessen, y 'críticos' de las vacunas. 'Nuestros clientes son personas que quieren educarse sobre lo que realmente implican las vacunas para ellos y para sus familias, y si hay alternativas'. Vaev ha vendido hasta ahora unos 1.000 pañuelos", agregó a Time.
El producto no es lo único que llamó la atención de la revista. El fundador tampoco les pareció más confiable. "Parece no existir en internet. Está intencionalmente ausente de todas las redes sociales y no se lo puede rastrear mediante los registros públicos nacionales: algo infrecuente en general, y más en particular para el fundador de una startup en pleno despliegue mediático", observó Mandy Oaklander, autora de la nota.
"Me costó mucho asegurarme de que no haya huellas mías disponibles en línea", le explicó Niessen. No le dijo por qué: "No puedo agregar nada más sobre mi identidad".
Dado que la compañía no aparece por su nombre, la periodista le preguntó cómo estaba inscripta. "No quiero decirlo", respondió el fundador. "Según su sitio, cuyo dominio está registrado a nombre de una entidad imposible de rastrear, Vaev comenzó en Copenhagen", agregó Oaklander, y explicó que la palabra vaev significa pañuelo en danés. No logró que que Niessen le permitiera hablar con siquiera uno de los ocho empleados que dijo tener, ni que le diera el nombre de su abogado.
Cuando la mujer le dijo que el misterio hacía pensar que su empresa fuera un fraude, Niessen respondió la sugerencia le resultaba "muy molesta". Sólo agregó: "La gente cree que es falsa. No lo es".
Por último, que sea real no mejora mucho la posición de la empresa, ya que enviar "sustancias infecciosas" por correo es ilegal en los Estados Unidos excepto que sea para "uso médico o veterinario, investigación, certificación de laboratorio para salud pública" y que se los empaque "a prueba de golpes, cambios de presión y otras condiciones que pueden suceder en la manipulación común en tránsito". La caja de Vaev no se ajusta a ninguno de esos requisitos.
El pañuelo sucio está agotado en la web. Pero Niessen aseguró a Time que la gente va a desembolsar sus USD 80 apenas esté disponible. "Es un producto premium, y no es algo que se pueda conseguir de otro modo", dijo. Espera que en las próximas semanas sus estornundadores profesionales creen un nuevo lote para la clientela.
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