Cuarenta y ocho horas después de que el avión de Ethiopian Airlines 737 Max se estrellara en el despegue de Addis Abeba, Etiopía, y que en el acto perecieran los 157 pasajeros a bordo, las acciones del fabricante, trazaron una trayectoria similar, cayendo un 12% en la apertura de la Bolsa de Nueva York.
Este es el segundo accidente fatal en el que se ve involucrado un Boeing 737 MAX que el día de hoy ha renovado las preocupaciones de seguridad sobre el valioso nuevo modelo, lo que podría marcar el destino de Boeing durante varios años.
El 737 Max es la versión más reciente del 737, el avión de mayor venta en la historia. Desde su presentación en 2017, Boeing ha entregado más de 350 de estas aeronaves, en distintas versiones y tamaños.
Decenas de aerolíneas de todo el mundo optaron por esta aeronave debido a su eficiencia en el consumo de combustible y su uso para vuelos en distancias cortas y medianas.
Sin embargo, Aerolíneas de Etiopía, México, China e Indonesia ya han suspendido sus vuelos con el Max 8, así como la Cayman Airways, del Caribe; Comair, de Sudáfrica; y Royal Air Maroc, de Marruecos.
Hasta ahora, Boeing ha disfrutado de una excelente reputación; su diseño más reciente, el 787, nunca tuvo un accidente, y el anterior, el 777, pasó 18 años sin uno. Vale la pena preguntar: ¿Cómo pasó Boeing de la cima a un huracán de señalamientos mediáticos?
Según el sitio de Estados Unidos, Slate, esto se debe gracias a las malas decisiones de negocios que Boeing ha implementado en los últimos años.
Boeing, con sede en Chicago, está atrapado en una feroz rivalidad duopolística con Airbus, con sede en Toulouse, Francia, con la que divide aproximadamente el mercado de aeronáutica de USD 200.000 millones.
Dicha rivalidad llevó a Boeing ha reducir los costos de diseño e innovación, para mantener su ventaja frente de a su principal competidor.
Boeing tenía dos opciones: comenzar a trabajar en un diseño de completamente nuevo o conservar el legado del 737 y pulir viejos detalles para actualizarlo.
La primera opción costaría una gran cantidad, un aproximado de USD 32.000 tan sólo para desarrollar el diseño, además que requeriría que las aerolíneas vuelvan a capacitar a las tripulaciones de vuelo y al personal de mantenimiento. En su lugar, tomó la segunda y más económica opción y actualizó la versión anterior.
Estas decisiones afectan la forma en que se maneja el avión y llevaron a distintos pilotos a cometer errores que derivaron en choques como el del fin de semana pasado.
Boeing no está enfrentando un gran desastre financiero. La compañía es demasiado grande e importante para que se afecte su papel la aviación global, pero el futuro del 737 Max parece inestable.
Con información de Eduardo Magaña