Ocho toneladas de basura sólida y 75.000 litros de desechos humanos en una semana, una estructura para pagar menos impuestos y la dificultad para resolver un crimen ocurrido en sus instalaciones son parte del lado más oscuro de los viajes en crucero, que fue revelado gracias a una investigación periodística.
El reportaje multimedia "Vacaciones en aguas de nadie", firmado por Ronny Rojas, Alejandra Vargas M., Damià Bonmatí, Patricia Clarembeaux y Maye Primera, periodistas de Univision, consiguió el premio Ortega y Gasset otorgado por el diario español El País.
La investigación analizó a Carnival Corporation, Royal Caribbean International y Norwegian Cruise Line, tres de las principales compañías del mundo -con 82% del mercado mundial y un beneficio de USD 2.800 millones en 2016.
Aunque tienen su sede en EEUU y cotizan en la bolsa de esa nación, estas compañías pagan menos impuestos y evaden los controles medioambientales de esa nación mediante "una compleja estructura operacional en distintos países y paraísos fiscales".
El reportaje contiene datos de 266 cruceros (en la actualidad hay en servicio 411) y la mayoría de las embarcaciones están matriculadas en Bahamas, Panamá, Bermudas y Malta. Ninguno de los barcos fue fabricado en EEUU y la mayoría tiene 20 o más años de antigüedad.
El asunto de las naciones donde están matriculados los barcos no sólo se relaciona con el pago de impuestos y los salarios de los trabajadores a bordo, un punto clave es en el caso de que ocurra un crimen en el crucero.
Al ocurrir un crimen, las compañías deben registrarlo y poner la información a disposición del público y del FBI, pero solo si se trata de delitos contra ciudadanos estadounidenses. Si la persona afectada tiene otra nacionalidad, la investigación queda a cargo de las autoridades del país donde fue registrado el crucero, lo que puede volver el proceso muy lento.
Trabajar más de 70 horas a la semana sin días de descanso ni vacaciones son otro de los puntos oscuros de los cruceros, pues en estas embarcaciones no rigen las leyes laborales de Estados Unidos.
Sin embargo, el asunto más inquietante es el del impacto ambiental, pues en el reportaje se pueden encontrar varios ejemplos de malas prácticas con el trato de residuos.
En una semana, en un crucero de 3.000 pasajeros, se desechan más de 370.000 litros de agua de baños y lavaplatos, así como desechos tóxicos por lavar la ropa.
La Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA), que reúne a las 58 principales navieras de cruceros, negó gran parte de lo publicado en el reportaje y negó- por ejemplo- que la basura sea arrojada por la borda, pues están sujetos a un estricto código para tratar los desechos.