Tasas de clamidia y gonorrea aumentaron en adultos mayores de 40 años en EEUU; duplicaron casos de sífilis

Más de 2.3 millones de estadounidenses fueron diagnosticados con clamidia, gonorrea o sífilis, es decir, unos 200.000 más que el año anterior.

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La educación sexual integral plantea que las instituciones educativas brinden información sobre sexualidad en sentido amplio (Getty Images)
La educación sexual integral plantea que las instituciones educativas brinden información sobre sexualidad en sentido amplio (Getty Images)

Las tasas de enfermedades de transmisión sexual (ETS) han aumentando rápidamente entre los adultos estadounidenses mayores de 40 años, con brotes de clamidia y gonorrea.

Según un informe, de 2016 a 2017, los casos de sífilis casi se duplicaron, mientras que los casos de clamidia y gonorrea aumentaron entre los estadounidenses de mediana edad, llevando a Alaska al primer sitio de las entidades de Estados Unidos en las tasas de infección.

Así lo revelan datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) que encontraron que las enfermedades de transmisión sexual alcanzaron un récord en 2017.

Más de 2.3 millones de estadounidenses fueron diagnosticados con clamidia, gonorrea o sífilis, es decir, unos 200.000 más que el año anterior. En 2017, la clamidia aumentó un 6.9%, la sífilis aumentó un 15.3% y la gonorrea aumentó un 18.6%, respecto al año anterior.

Con base en los datos de los CDC, se descubrió que en los últimos 76 años el número de enfermedades de transmisión sexual en los Estados Unidos ha aumentado en un 248%, al pasar de aproximadamente 679.000 a alrededor de 2.3 millones de casos. Después de una ligera caída a mediados de la década de 1990, las tasas han seguido subiendo año tras año.

Desde 2001, Alaska ha tenido la tasa más alta de enfermedades de transmisión sexual, según Susan Jones, Gerente del programa de VIH/ETS en la División de Salud Pública de Alaska.

La clamidia es una bacteria que forma parte de las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS)
La clamidia es una bacteria que forma parte de las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS)

Fue en los años 80 cuando la clamidia aumentó su presencia en la población. Alaska tuvo la tasa más alta de la Unión Americana con casi 800 casos por cada 100.000 habitantes.

Pero, según datos de los CDC, Mississippi le ganó a Alaska en cuanto a gonorrea, con aproximadamente 310 casos por cada 100.000 habitantes. Si bien el aumento en los casos de gonorrea no ha sido tan extremo como el de la clamidia, ha seguido propagándose, probablemente, según investigadores, porque la ETS se ha vuelto cada vez más resistente a los antibióticos.

En cuanto a la sífilis fue la menos común de las tres infecciones. El estado de Louisiana lideró en EEUU con más de 61 casos por cada 100.000 habitantes. Es también la entidad con la tasa más alta de bebés nacidos con sífilis congénita.

Mayores de 40, en riesgo

Estos acuerdos son distintos de tener una pareja abierta, con recíprocas libertades para tener ocasionales relaciones (iStock)
Estos acuerdos son distintos de tener una pareja abierta, con recíprocas libertades para tener ocasionales relaciones (iStock)

Entre 2016 y 2017 han aumentado las tasas de clamidia en personas mayores de 45 años, mientras que la gonorrea aumentó en población de entre 30 y 44 años.

Los casos de sífilis casi se duplicaron del 7.5%, entre los hombres de 40 a 44, a 14% entre los hombres de 45 a 54 años.

Aunque se tenía la percepción de que los jóvenes están en riesgo, el rango de edad abarca casi a todos. Aún así, persisten los estigmas sobre las infecciones.

Según una encuesta realizada en 2015 por la revista HIV Plus, el 25% de las personas a las que se les diagnosticó una ETS no se lo contaron a su pareja. Un 49% confesó que nunca se había realizado un examen.

Además, aunque se relacionan las ETS con la promiscuidad, un estudio reveló que los estadounidenses tienen 9 veces menos relaciones sexuales al año en comparación con finales de los años 90.

Expertos aseguran que superar los estigmas y el acceso a prueblas de detección, podrían ayudar a reducir las tasas de enfermedades de transmisión sexual.

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