Hace unos cuantos meses Alfonso Galindo notó una mancha extraña en el patio de su casa, en San Diego, California. Sin embargo, desde ese día empezaron a pasarle cosas raras a su familia. Sus dos hijos pequeños habían desarrollado dolencias respiratorias.
Pasaron 6 meses y las mismas dolencias siguieron aquejando a los pequeños, de 3 y 1 años. Otras manchas como la que había encontrado el primer día continuaron apareciendo en la cochera.
Otra irregularidad la notó en su perro de 7 años, Pupa, quien tenía una irritación fuera de lo normal en sus ojos.
El padre de familia decidió instalar un sistema de cámaras de seguridad en varios puntos de su casa para tratar de encontrar el origen de aquellas manchas que continuaban apareciendo en su patio con cierta regularidad, como si se tratara de un patrón.
El misterio se resolvió el martes pasado, después de que Galindo revisó el material grabado.
Lo primero que observó fue a su perro Popa frotándose la cara desesperadamente contra el suelo.
Tras una acercamiento más minucioso, Alfonso notó que el cartero se había acercado a su perro y le había rociado algo, poco antes de que este empezara a retorcerse.
El hombre comenzó a revisar todas las grabaciones de los últimos meses y descubrió que no era la primera vez que su perro actuaba de esa manera tras recibir al cartero. Al menos otras 9 veces ocurrió lo mismo.
Video tomado desde las cámaras de seguridad (Crédito: Alfonso Galindo/ Facebook)
Desde otra cámara pudo observar al cartero desde un mejor ángulo. Ahí se dio cuenta de que el hombre llevaba un bote metálico en su mano izquierda, al parecer gas pimienta.
A partir de ahí dedujo que la sustancia que le rociaban a su perro era la misma que afectaba a sus hijos pequeños, pues estos convivían mucho con el can.
"Me pongo pálido cada vez que pienso en ello. Se trata de la salud de mis hijos. Cosas como esta me enferman el estómago", dijo Galindo al canal de noticias WDSU.
Después de que Alfonso presentó una queja en las oficinas del Servicio Postal de los Estados Unidos (USPS, por sus siglas en inglés), el personal de la compañía emitió un comunicado para mostrar su solidaridad con la familia.
"En nombre del Servicio Postal de los Estados Unidos, queremos disculparnos con la familia Galindo y su perro Pupa. Nosotros no aprobamos que nuestros empleados se comporten de una manera que no sea profesional y cortés. Se tomarán las medidas necesarias, y también se dará capacitación a todos los carteros locales".
El nombre del cartero no ha sido difundido y tampoco se ha aclarado si enfrentará cargos relacionados con los ataques o si fue despedido.