El gigante de las compras en línea, Amazon tuvo una semana complicada, pero el titán tecnológico no pagará un solo centavo de impuestos sobre los ingresos que generó en el 2018 por USD 11.200 millones, según un informe del Instituto de Impuestos y Política Económica (ITEP) y medios The Guardian y Fortune.
A pesar de que el gigante de las compras en línea desechó los planes para construir una segunda sede en Nueva York esta semana, trascendió en los medios que el hombre más rico del mundo, Jeff Bezos casi duplicó sus ganancias al pasar de una facturación de USD 5.600 millones en 2017 a USD 11.200 en el 2018.
Y lejos de pagar la tasa legal del impuesto sobre la renta que es del 21%, reportó un reembolso de USD 129 millones para este año, una tasa del -1%.
Políticos locales cuestionaron por qué una compañía que sumó una ganancia de un mil millones de dólares al mes en el último trimestre del 2018 sólo debería ser atraída hacia Nueva York con el efectivo de los contribuyentes.
El informe hizo que los críticos tuvieran más enojo al saber que Amazon no pagó un solo centavo en impuestos por segundo año consecutivo.
"La letra pequeña de la declaración de impuestos sobre los ingresos de Amazon muestra que este logro se debe en parte a varios 'créditos fiscales' no especificados, así como a una reducción de impuestos para las opciones de acciones de ejecutivos", detalló el instituto.
Pero Amazon no es la única en esta condición, como también lo señaló ITEP la semana pasada, Netflix registró una ganancia de USD 845 millones en el 2018, su mejor ganancia hasta el momento, pero no pagó impuestos estatales ni federales sobre la renta.
"No es la primera vez que hacen esta maniobra", dijo Matthew Gardner, miembro senior de ITEP a The Guardian. "Más que ninguna otra compañía que haya visto, Amazon ha construido su empresa en torno a la evasión fiscal".
Dichos bonos corporativos vienen después de que la administración de Trump introdujera su Ley de recortes de impuestos y empleos, en la que se reducía drásticamente la tasa de impuestos corporativos federales de un 35 a un 21% y ampliaba otras.
"No se puede culpar al Congreso -dijo Gardner-, porque no fue el Congreso el que propuso estas ideas. Son el producto de un lobby muy fuerte de estas empresas que, en muchos casos, escribieron ellas mismas la ley"