A más de dos semanas de que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció la política que obliga a los solicitantes de asilo a esperar en México la resolución de la corte de migración, aún no hay señales de que se haya implementado esta medida en las inmediaciones de la garita de San Ysidro que conecta a las ciudades de San Diego y Tijuana.
El departamento de Seguridad Nacional dijo el 20 de diciembre del año pasado, que la nueva política se aplicaría de inmediato, sin embargo, los grupos de defensa que se sitúan a lo largo de la frontera continúan recibiendo un gran número de familias migrantes, que han sido liberadas de la custodia de la Unión Americana.
Katie Waldman, vocera del departamento de Seguridad Nacional explicó que sí será llevada a cabo la medida, "estamos en el proceso de comenzar la implementación, queremos garantizar un proceso ordenado, seguro y eficiente", indicó.
Según la nueva política, los solicitantes de asilo que lleguen o entren a Estados Unidos, desde México ilegalmente o sin documentación apropiada, podrán ser devueltos a México durante la duración de sus procedimientos de inmigración.
Cientos de personas, en su mayoría centroamericanos, que huyen de la violencia o la pobreza en sus países de origen, esperan en la frontera de Tijuana para realizar los tramites de asilo en los EEUU.
Después de que EEUU presentara esta nueva política, México por su parte también anunció que permitiría temporalmente que los migrantes fueran devueltos a su territorio en espera del fallo del tribunal del vecino país. Además dijo que se les proporcionarían visas humanitarias para que los solicitantes puedan trabajar mientras esperan.
Sin embargo el jefe del Instituto Nacional de Migración de México dijo que para cumplir con esta política, se tendrían que cambiar las leyes.
Además de la confusión en México, el cambio propuesto también trajo una gran cantidad de preguntas logísticas de abogados de inmigración, defensores y personas que trabajan estrechamente con el sistema de inmigración de los Estados Unidos.
Para Everard Meade, director del Trans Border Institute de la Universidad de San Diego, el retraso en la aplicación de la medida no le sorprende.
"Está en el patrón con casi todo lo que han tratado de hacer con la inmigración en los últimos dos años, son políticas de confrontación que suenan muy duras y decisivas, pero también suenan como simples cuando en realidad la implementación es complicada y mucho más limitada por la ley", señaló Meade.
Para Pedro Ríos, director del Programa de Fronteras EEUU/ México del Comité de Servicio de Amigos Americanos, la falta de implementación es algo bueno.
"Es un alivio que México no haya aceptado completamente la idea de que deberían ser el país de espera para los migrantes que están procesando sus solicitudes de asilo en los Estados Unidos", dijo Ríos.
Los solicitantes de asilo que esperan en Tijuana fueron inicialmente sorprendidos por el anuncio del gobierno de Trump, pero a medida que pasó el tiempo y no vieron algún cambio, siguieron avanzando para iniciar sus tramites de asilo cuando escuchaban sus nombres.
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