Los demócratas estadounidenses asumirán este jueves el control de la Cámara de Representantes con la promesa de desafiar al presidente, Donald Trump, en varios frentes como las políticas migratorias, la salud y el clima, en la segunda mitad de su Gobierno, así como resguardar las investigaciones sobre la injerencia rusa.
La nueva promoción de representantes presenta cambios notables. Nunca hubo tantas mujeres en la Cámara Baja de los Estados Unidos ni tantos parlamentarios procedentes de minorías, y el ala izquierdista del partido demócrata cobra un mayor peso.
La composición de la Cámara (los demócratas tendrán 235 de los 435 escaños frente a 199 republicanos) hace presagiar intensas luchas con Trump y el Senado, en el que se mantiene la mayoría republicana. La primera prueba de esa nueva convivencia consistirá en encontrar un acuerdo para poner fin al shutdown, el cierre de la administración federal.
Ahora que el Congreso inicie su sesión número 116, las primeras votaciones serán las de siempre: establecer regulaciones de la Cámara Baja y elegir al presidente. Todo apunta a que será la demócrata de California Nancy Pelosi.
No obstante, la nueva bancada mayoritaria virará rápidamente su atención a un par de propuestas para asignar fondos a partes del Gobierno que están cerradas debido a la disputa por los fondos que el presidente Donald Trump quiere para construir un muro en la frontera con México.
"Lo primero que haremos será terminar el imprudente cierre de Trump y reabrir el Gobierno", dijo el representante Hakeem Jeffries, de Nueva York. "Nos enfocaremos en darle vida a nuestra democracia y devolver el gobierno al pueblo".
Hasta ahora, los demócratas de la Cámara Baja parecen mayormente unidos en su plan de votar para reabrir el Gobierno sin el dinero que Trump está exigiendo para construir el muro fronterizo.
Sin embargo, como el presidente se ha mantenido firme con su pedido de 5.000 millones para el muro fronterizo, el cierre podría continuar. Los republicanos están reacios a sopesar propuestas de la Cámara Baja a menos que el Presidente esté de acuerdo.
"Podría pasar mucho tiempo", advirtió Trump durante una reunión de gabinete en la Casa Blanca, su primera aparición pública de 2019. El encuentro ocurrió mientras el cierre gubernamental vive su segunda semana, afectando algunos parques y dejando a cientos de miles de empleados federales sin sueldo.
Ambas partes han intercambiado ofertas, pero las negociaciones se rompieron antes del descanso navideño. El miércoles, Trump también rechazó la oferta que presentó su propio gobierno de aceptar 2.500 millones de dólares para el muro. El ofrecimiento se realizó después de que el vicepresidente Mike Pence y otros funcionarios de alto rango se reunieron con Schumer cuando comenzó el cierre de Gobierno. En su lugar, Trump mantuvo en repetidas ocasiones su demanda por 5.600 millones de dólares.
La investigación rusa y los impuestos de Trump
Con su nuevo control de la Cámara, los demócratas dirigirán comisiones parlamentarias con grandes poderes, entre ellos, el de iniciar investigaciones, ordenar la comparecencia de testigos y la presentación de documentos.
Trump, que ya se ve acosado por la investigación del fiscal especial Robert Mueller, será probablemente objeto de varias indagaciones sobre las sospechas de colusión entre Moscú y su equipo de la campaña electoral de 2016, que amenazan con empañar sus dos últimos años de mandato.
Los demócratas también tienen previsto exigir al presidente republicano que presente por fin sus declaraciones de impuestos.
Amenaza de impeachement
Además de todas esas amenazas para el presidente, el dominio demócrata de la Cámara de Representantes aumenta la posibilidad de un proceso de destitución (o impeachment).
Pelosi ha descartado esa idea hasta el momento y ha asegurado querer esperar a las conclusiones de las investigaciones sobre la trama rusa. Pero no está claro si los parlamentarios recién elegidos en tierras anti-Trump y que se presentan como la "resistencia" tendrán tanta paciencia.
De momento, cualquier intento de destituir al 45.° presidente de Estados Unidos tiene pocos visos de salir adelante. Aunque los demócratas pueden votar su imputación en la Cámara, el Senado es el encargado de juzgar al presidente, y se necesita el voto de dos tercios de sus miembros para destituir al mandatario.
Los nuevos rostros
El nuevo Congreso es el que tiene el mayor número de hispanos de toda la historia, la mayoría de los cuales son demócratas. Además, marca la irrupción de una nueva generación de políticos, más alejados de las élites y con orígenes sociales y raciales más diversos que en la anterior legislatura.
Uno de los ejemplos es la demócrata Alexandria Ocasio-Cortez, de origen puertorriqueño y nacida en el Bronx hace apenas 29 años, que hizo historia al convertirse en la mujer más joven en ser electa en el Congreso.
Ocasio-Cortez, que hace un año era mesera pero tiene una larga trayectoria como activista, se define como socialista. "Hay mucha gente que sabe que nos vamos a meter a la boca del lobo", dijo en noviembre a la prensa. "Incluso dentro del partido", matizó.
En esta oleada de cambio también entraron a la Cámara de Representantes dos mujeres indígenas: Sharice Davids y Deb Haaland, electas con la promesa de defender el medioambiente en lo alto de sus prioridades.
(Con información de AFP y AP)
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