El jefe de gabinete de la Casa Blanca, John Kelly, quien está de salida del gobierno, dijo sentir "compasión" por los migrantes indocumentados que cruzan a Estados Unidos y relativizó la idea del presidente Donald Trump de construir un muro fronterizo con México.
En referencia al cierre parcial del gobierno, que ya lleva nueve días por la falta de acuerdo sobre la exigencia de Trump de que sean asignados fondos en el presupuesto para construir el muro, Kelly dijo en una entrevista a Los Angeles Times: "Para ser honesto, no es un muro".
"El presidente todavía le llama 'muro'. En algún momento dirá más francamente 'barrera' o 'cerco'; ahora se inclina por los barrotes de acero", dijo Kelly.
"Pero ya abandonamos la idea de un muro de concreto sólido hace tiempo en esta administración, cuando preguntamos a las personas qué necesitaban y dónde lo necesitaban".
A design of our Steel Slat Barrier which is totally effective while at the same time beautiful! pic.twitter.com/sGltXh0cu9
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) December 21, 2018
Kelly, exgeneral de la Marina que dirigió el comando militar responsable de América Latina, fue secretario de Seguridad Nacional de Trump antes de convertirse en jefe de gabinete de la Casa Blanca en julio de 2017.
Pero su relación con el presidente se deterioró y será pronto reemplazado por Mick Mulvaney, actual director de presupuesto.
Trump pide al Congreso que apruebe una partida de 5.000 millones de dólares para la construcción del muro, que la oposición demócrata rechaza. Además de culparlos por la parálisis, el mandatario responsabilizó el sábado a sus detractores por la muerte de dos niños migrantes en custodia de las autoridades fronterizas estadounidenses.
"Los inmigrantes ilegales, en su mayoría, no son malas personas… No siento más que compasión por ellos, por los niños pequeños", dijo también Kelly al diario, agregando que muchos son manipulados por traficantes de personas.
Asumiendo una posición que contrasta con la de Trump, que denominó a la ola de migrantes una "invasión" de "muchos miembros de pandillas y malas personas", Kelly dijo también que la forma de superar el problema de la inmigración ilegal es "terminar con la demanda de drogas en Estados Unidos, y expandir las oportunidades económicas" en Centroamérica.
Construir el muro en los 3.200 kilómetros de frontera con México fue una de las principales promesas de campaña de Trump y es un tema que retoma frecuentemente.
Los migrantes centroamericanos dicen, por su parte, que quieren instalarse en Estados Unidos para huir de la pobreza y la violencia de las pandillas.
Y aunque Trump ha amenazado con cortar la ayuda a Guatemala, Honduras y El Salvador si no paran el flujo migratorio, el Departamento de Estado anunció hace días estar listo para aportar unos 4.500 millones de dólares en inversión para esa región y el sur de México.
(Con información de AFP)
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