En las últimas semanas del año, Somerville, en Massachusetts, y Hermosa Beach, en California, se sumaron a las ciudades que restringen la venta de cigarrillos electrónicos en los Estados Unidos. Mientras la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), que investiga desde abril la magnitud del problema del cigarrillo electrónico entre los adolescentes, se dispone a imponer "restricciones severas" a la venta del e-cigarette debido a su a astronómico crecimiento entre los menores de edad, distintos distritos se agregan a la lista de los que regulan el mercado nacional de USD 3.600 millones en 2018.
Somerville es la primera ciudad de Massachusetts que toma estas medidas. En su caso, se prohíbe la venta de cigarrillos electrónicos y cigarrillos mentolados en locales abiertos a los jóvenes, lo cual en la práctica los retira de las tiendas para recluirlos en las tabaquerías a las que sólo pueden ingresar los mayores de 21 años.
Hermosa Beach impuso un permiso especial a los comercios que quieran incluir tabaco, e-cigarettes y cartuchos de aromas, además de limitaciones a la exhibición. El permiso se tramitará gratuitamente en el primer año de la normativa, y luego costará USD 344.
Hasta que la FDA imponga las restricciones a la venta de e-cigarettes que ha anunciado, las normas varían de una jurisdicción a otra. Seis estados del país han elevado la prohibición de fumar de 18 a 21 años: Hawaii, California, Nueva Jersey, Massachusetts, Oregon y Maine. Y al menos unas 380 ciudades —entre ellas Nueva York, Chicago, Cleveland y San Antonio— han hecho lo mismo. San Francisco y Minneapolis, además, han restringido la venta de cigarrillos electrónicos y cartuchos aromatizados.
Algunos estados no tienen normativa alguna y es posible vapear en sus espacios públicos: Nevada (el de mayor puntos de venta de productos de vapeo por habitante), New Hampshire, Tennesee, Virginia (sede de importantes tabacaleras tradicionales), Carolina del Norte, Nebraska, Oklahoma, Rhode Island y Dakota del Sur.
Otros en cambio, tienen numerosas restricciones sobre los lugares de uso y las condiciones de venta, como por ejemplo California, que no permite vapear en ningún espacio público (extendió las mismas condiciones del tabaco regular al cigarrillo electrónico) y limita las condiciones de venta en más de 70 ciudades. Por ejemplo, en San Francisco, sólo los lugares donde sólo se vendan productos para adultos pueden ofrecer estos productos, y los aromatizados están prohibidos.
En orden decreciente de cantidad de regulaciones, Massachusetts, Mississippi, Minnesota, West Virginia, Texas, Florida, Colorado, Illinois y Alabama tienen leyes sobre vapeo. Por ejemplo, no se puede fumar e-cigarettes en escuelas o sus inmediaciones, en cárceles, en el transporte púbico o a 300 metros de sus estaciones, en lugares de trabajo, en oficinas públicas. En Massachusetts incluso hay una campaña, "Go Smoke-Free", que anima a los propietarios a imponer una cláusula de "inmueble libre de humo" cuando rentan.
Con o sin regulaciones, las ciudades de los Estados Unidos con más cantidad de puntos de venta de cigarrillos electrónicos y sus productos asociados son Las Vegas (7,99 por cada 100.000 habitantes), Miami (6,74), Colorado Springs (6,28), Sacramento (5,98), Raleigh (5,68), Omaha (5,60), Kansas City (5,31), Tucson (5,30), Nueva Orleans (5,20) y Wichita (5,15), según fuentes de la industria (Nicopure Labs, que comercializa los productos de vapeo Halo).
En algunas de las grandes ciudades del país la incidencia es mucho menor: Nueva York (0,20 por 100.000 habitantes), Washington DC (1,06), Los Angeles (1,17), Chicago (1,07), Houston (1,65), Philadelphia (1,35) y Boston (1,52) entre ellas.
En 2014, cuando este mercado novedoso, que se suponía ayudaría a los que sufren de tabaquismo a dejar de fumar, llegaba a USD 1.500 millones, hubo un pico de legislación en distintos municipios, condados y estados. Pero mientras la atención de los hacedores de las leyes bajaba, las ventas de e-cigarettes crecían: a USD 1.900 millones en 2015, USD 2.350 millones en 2016, 2.900 millones en 2017 y un estimado de USD 3.600 millones en 2018.
Y en los dos últimos años, el crecimiento fue a costa de la salud de los menores, advirtió la FDA: se registró un aumento del consumo de e-cigarettes del 77% entre estudiantes de 11 a 13 años y de casi el 50% entre los de 14 a 18. En 2018 uno de cada cinco estudiantes del último año de la escuela secundaria (más de 3,5 millones de chicos) admitieron que vapearon nicotina en ese tiempo.
En septiembre, la FDA alertó que el uso de los cigarrillos electrónicos en adolescentes alcanzó "una proporción epidémica" y otorgó 60 días a Juul Labs (que controla más del 70% del mercado), MarkTen XL, Blu y Logic, todos fabricantes de los populares dispositivos para vaporizar, para que demuestren que pueden mantener el cigarrillo electrónico alejado de los los menores. A comienzos de 2019 se conocerán las medidas de las compañías y la evaluación que de ellas hagan las autoridades.
En Somerville, la cantidad de adolescentes que admitió haber vapeado se duplicó entre 2016 y 2018, explicaron a The Boston Globe los legisladores. Eso sucedió al mismo tiempo que el consumo de alcohol y de tabaco común se reducía en ese segmento.
En Hermosa Beach, el legislador Hany Fangary dijo a The Beach Reporter: "Con la información y las recomendaciones que tenemos ante nosotros, y dado que sabemos que este asunto se vuelve cada día peor, creo que tomar una medida que mejora la seguridad pública de nuestros menores, de nuestros chicos, es lo que hay que hacer". Según la encuesta anual California Healthy Kids, sobre salud infantil, el 28% de los niños de 16 y 17 años en ese balneario usan e-cigarettes.
Tanto en Somerville como en Hermosa Beach los comerciantes minoristas se quejaron de la legislación y advirtieron que analizan acciones judiciales. Algo que ya sucedió en Bedford, ciudad del estado de Nueva York que también impidió la venta libre de cigarrillos electrónicos y sus productos asociados.
Alex Fernandez, dueño de la gasolinera Preferred Gas Mart, dijo a Westfair Communications que los comercios se vieron afectados por la medida. "La gente viene a buscar un café, cigarrillos, caramelos, y así, y si no pueden encontrar aquí los productos, van a otro lado". Fernández es uno de los cinco demandantes en el caso que analiza el tribunal superior del condado de Westchester.
La mayoría de las legislaciones adoptan la forma de la que domina en San Francisco y la ciudad vecina de Oakland, donde está prohibida la venta de productos aromatizados para cigarrillos electrónicos y cigarrillos mentolados. El argumento es que los cartuchos con aroma (goma de mascar, vainilla, pepino fresco, sriracha, jugo de manzana, etcétera) son el marketing que atrae a los adolescentes.
En el pasado, la ciudad de San Francisco ha presentado iniciativas que luego imitaron otras ciudades, como la prohibición de bolsas de plástico en 2007 (que se extendió al estado en 2014) actualmente vigente en otras 13 ciudades de los Estados Unidos.
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