Dos importantes senadores del gobernante partido Republicano en Estados Unidos afirmaron el martes no tener "ninguna duda" de que el príncipe heredero de Arabia Saudita fue "cómplice" del asesinato del periodista Jamal Khashoggi, contradiciendo la posición más neutral del presidente Donald Trump.
Los republicanos Bob Corker, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, y Lindsey Graham, un aliado de Trump en la Cámara alta, señalaron que hay pruebas abrumadoras de la implicación del príncipe heredero Mohammed bin Salman (conocido como MBS) en el brutal asesinato de Khashoggi en Turquía.
Así lo dijeron a periodistas tras una reunión a puertas cerradas con la directora de la agencia central de inteligencia estadounidense, CIA, Gina Haspel.
"No tengo ninguna duda de que el príncipe heredero dirigió el asesinato y se mantuvo al tanto de la situación", declaró Corker.
"Si MBS estuviera frente a un jurado, sería condenado en menos de 30 minutos", afirmó sobre el hijo del monarca, también llamado por sus iniciales MBS.
Graham, quien ha instado a Trump a tomar una postura mucho más dura contra Riad sobre el asesinato, coincidió: el príncipe heredero es "cómplice del asesinato del señor Khashoggi al más alto nivel posible".
"No hay una pistola humeante, sino una motosierra humeante", agregó Graham.
Khashoggi, colaborador del diario Washington Post y crítico del gobierno saudita, fue asesinado y presuntamente descuartizado en una operación el 2 de octubre en el consulado de su país en Estambul. El caso dio la vuelta al mundo y generó la indignación de la prensa internacional y de los organismos de derechos humanos.
The Wall Street Journal, The Washington Post y The New York Times informaron que la CIA tiene pruebas de que MBS intercambió 11 mensajes con su asistente Saud al Qahtani, quien supuestamente supervisó el asesinato, justo antes y después de que ocurriera el homicidio.
"Bien podría ser que el príncipe heredero tuviese conocimiento de este trágico evento, ¡quizás lo tenía y quizás no!", dijo Trump en un comunicado el 20 de noviembre, señalando que las relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudita y la estabilidad del mercado petrolero eran demasiado importantes para conmocionarse por este caso.
La semana pasada, ante la creciente presión de legisladores de todo el espectro político para que el gobierno de Trump tomara medidas contra Riad, el secretario de Estado, Mike Pompeo, y el jefe del Pentágono, Jim Mattis, realizaron una sesión informativa con todos los senadores a puerta cerrada, donde dijeron que no había ninguna evidencia sobresaliente que vinculara a MBS con el asesinato.
El martes, Graham fue enfático sobre lo contrario.
"Usted tiene que ser voluntariamente ciego para no llegar a la conclusión de que esto fue orquestado y organizado por personas bajo el mando de MBS, y que él estuvo involucrado de manera intrincada en la desaparición del señor Khashoggi", dijo.
¿El Senado contra Trump?
El debate en la Cámara alta estadounidense fue habilitado la semana pasada, cuando, en una posición desafiante del poder ejecutivo, respaldó una resolución para debatir el apoyo militar a Riad en la guerra en Yemen, en medio de la indignación por el asesinato del periodista Khashoggi.
Los senadores votaron 63 frente a 37 a favor de la propuesta, lo que da luz verde al debate. Esta votación no es necesariamente un indicio del pronunciamiento final de los legisladores, pero sí da una idea del malestar en el Senado y del deseo de enviar un mensaje al gobierno de que tome una postura más firme con Arabia Saudita.
Arabia Saudita enfrenta crecientes acusaciones sobre su presunta responsabilidad en las muertes de civiles durante los bombardeos en Yemen, que se han sumado a la ola de indignación por la muerte de Khashoggi.
Con información de AFP
MÁS SOBRE ESTA TEMA: