Un rumor cada vez más fuerte circula por los corredores de las grandes firmas tecnológicas de Silicon Valley. Al menos eso es lo que insinúa un artículo publicado en el semanario The Economist, en el que se explica que la red social más poderosa del planeta podría seguir el camino de un gigante de Internet que no pudo evitar su caída en desgracia.
Si bien la publicación no olvida aclarar que la comparación entre Facebook y Yahoo es "imperfecta" dado que, incluso en el momento cúlmine del buscador su tamaño nunca llegó siquiera a acercarse al de la plataforma social, aquellos que siguieron de cerca el colapso del portal creado en el año 1994 ven similitudes preocupantes entre ambas firmas.
En primer lugar, la elevada rotación de sus ejecutivos clave es un claro indicio de un declive. Antes de que Marissa Mayer fuese contratada en 2012 para tomar – a duras penas – las riendas de Yahoo, el buscador había pasado de estar bajo el control de cuatro directores ejecutivos diferentes en los últimos tres años.
Si bien Mark Zuckerberg, CEO de Facebook, aclaró recientemente que no piensa irse a ningún lado, muchos de sus altos mandos ya han abandonado el barco. Entre ellos, los fundadores de Instagram, el directivo de la firma de realidad virtual Oculus, el cofundador de WhatsApp, además del director del departamento jurídico y jefe de seguridad de la red social.
Como si esto no fuera lo suficientemente alarmante, la catarata de titulares negativos en medios de todo el mundo de los que fue protagonista Yahoo en su momento y ahora Facebook ha tomado la posta, están afectando seriamente la moral de sus empleados.
The Economist señala que esto representa dos amenazas. Por un lado, los empleados de mejor desempeño se sienten tentados a irse a otras firmas donde reine un ambiente de trabajo más favorable. Simultáneamente, los que decidan quedarse podrían obligar a Facebook a ofrecerles mayores compensaciones basadas en acciones de la firma para no renunciar.
El artículo también destaca que uno de los mayores desafíos para la firma de Menlo Park será adaptarse a los cambios en las formas que sus usuarios consumen sus productos, algo que en caso de no encararse de la mejor forma podría terminar afectando gravemente sus ingresos.
Una cifra habla claramente del momento crítico que atraviesa Facebook. Los adultos mayores de 18 años hoy pasan un 31 por ciento menos de tiempo en la red social que hace dos años, lo que hará cada vez más difícil vender espacios publicitarios a los anunciantes que buscan conquistar a los bolsillos de las nuevas generaciones.
El propio Zuckerberg reconoció en su momento que la transición que vive Facebook en lo que hace al menor consumo de contenidos en redes sociales en favor de más interacciones privadas, equivale al traspaso vivido en su momento por sus usuarios cuando cambiaron a las computadoras de escritorio por los teléfonos móviles.
Si bien es sabido que hoy Zuckerberg apuesta a Instagram y WhatsApp para hacer crecer su gigante conglomerado digital, todavía resta por verse si las posibilidades comerciales que brindan las "stories" y "chats" podrán llegar siquiera a acercarse a las ganancias que representaron en su momento los productos centrales que Facebook supo explotar como nadie y que a la vez lo llevaron a su caída en desgracia.
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