Científicos marinos de Miami alertaron sobre el peligro ecológico de mudar el polémico festival electrónico Ultra a Virginia Key

Expertos alertaron sobre la amenaza que representaría a la fauna local la contaminación acústica producida por el multitudinario evento

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Luego de varias ediciones marcadas por el ruido ensordecedor, disturbios y el descontento masivo de los vecinos de la zona, los organizadores del festival de música electrónica Ultra anunciaron que el evento que hasta el momento se venía celebrando en lo que se conoce como el Bayfront Park de Miami, finalmente sería mudado lejos de la ciudad, al área de Virginia Key.

Mientras algunos todavía celebran la medida, científicos de la universidad de Miami han compartido su preocupación por los efectos nocivos que esta decisión tendría sobre la vida marina, dado que la música excesivamente alta podría generar estragos en el ecosistema local.

La institución que cuenta con sus laboratorios en la zona confirmada para la edición 2019 del multitudinario evento que se extenderá del 29 al 31 de marzo próximo, alertó sobre el creciente problema que ya representa la contaminación acústica en los cayos que se encuentran ubicados antes del ingreso a Key Biscayne.

Fue la propia Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) la que implementó un plan a diez años mediante el cual busca reducir el ruido en las aguas del sur de la Florida, por lo general asociados a los motores de las embarcaciones, la construcción submarina y otras actividades que interfieren con la habilidad de especies locales como los manatíes, delfines, peces de arrecife y camarones de poder encontrar alimentos y otros especímenes para aparearse, además de lograr escapar de sus depredadores, según consignó el Miami Herald.

Los expertos señalan que, a pesar de que la música que se reproduce durante el festival Ultra está limitada a 110 decibelios, esa cifra se puede convertir en 172 decibelios bajo el agua, lo que representaría un sonido más estridente que el de un motor de avión jet y lo suficientemente poderoso como para romper vidrio.

Como si esto no fuese lo suficientemente preocupante, la Escuela Rosenstiel de Ciencias Marinas y Atmosféricas ubicada en Virginia Key, parte de la Universidad de Miami, compartió que el festival coincide con la temporada de desove de especies como cobia, mahi mahi y atún de aleta amarilla entre otros.

"Su éxito tendrá que ver con el bienestar del material de reproducción, el cual se toma entre tres y cuatro años en desarrollarse" compartió al Herald el biólogo marino de Rosenstiel, Martin Grossell.

Los científicos aseguran que la música estridente podría generar daños a largo plazo en los peces, pudiendo hasta llegar a sobresaltarlos con consecuencias fatales, dado que estos podrían golpearse a si mismos contra los costados de sus estanque en su intento de escaparle al sonido aterrador.

"Si los humanos se sienten perturbados, es altamente probable que los animales también, dado que estos tienden a tener una menor capacidad de resistir la alteración debido a la batería de otras amenazas a las que son expuestos, causadas en su mayoría por el hombre" dijo al Herald la bióloga canadiense Linda Weilgart.

"Esta es un área que se supone debe ser reservada para la vida silvestre" dijo Rachel Silverstein, directora ejecutiva de la organización conservacionista acuática Miami Waterkeeper.

"Resultaba tan molesto para los propietarios de la zona céntrica hasta Brickell, incluso detrás de ventanas antihuracanes, que decidieron votar para no tener más el festival en su comunidad. Imaginen cuan perjudicial será para la fauna" concluyó la experta.

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