La noche del sábado Wendy Martínez escuchó que alguien tocó el timbre de su departamento. Cuando observó a través de la mirillla para ver quién la había llamado, un balazo perforó la puerta e hizo blanco en su rostro, matándola casi al instante.
El ataque ocurrió poco antes de las 10:00 de la noche en una vivienda ubicada en el primer piso de Grand Concourse and East 156th Street, en el condado de Bronx, Nueva York, Estados Unidos.
Después de que la mujer se desplomó en la entrada de su hogar, su hijo de 14 años se escondió en una de las habitaciones y desde ahí llamó al número de emergencias 911.
Según el diario local New York Post, los policías tuvieron que hablar con el niño y convencerlo de que saliera del cuarto en el que se había ocultado. En ese momento la señora Martínez fue declarada sin vida y la policía especuló que tal vez ella no había sido el objetivo original del ataque.
Las autoridades del condado informaron que el autor de la agresión fue un hombre que utilizó una máscara negra para cubrirse el rostro. Presuntamente iba vestido con una sudadera negra y pants azules. La policía encontró en el edificio la carcasa de una pistola semiautomática.
Las primeras investigaciones arrojaron que el homicidio de Wendy Martínez pudo tener relación con su primer hijo, de 25 años, identificado como Brian Solano. El joven se va presentar este lunes en la corte por haber sido el probable responsable de la muerte de Willie Lora, de 21 años, quien fue asesinado el 8 de diciembre del 2014 al interior de su departamento, ubicado también en el Bronx.
De acuerdo con el diario estadounidense, el joven estuvo preso tres años en la cárcel de máxima seguridad que se encuentra ubicada en Rikers Island y luego estuvo en la Fishkill Correctional Facility, pero en noviembre de 2017 fue puesto en libertad luego de que un investigador privado encontró pruebas que pusieron en duda su culpabilidad.
La fuente del diario aseguró que se trató de un "golpe relacionado con pandillas" y que "fue justicia de la ley de la calle" debido a que al parecer "todos ahí afuera sabían que Solano fue el responsable de la muerte de ese joven".
Wendy Martínez tenía 45 años y según los vecinos que la conocían era trabajadora, amable, considerada y nunca causó ningún problema. Trabajaba en el hospital Lincoln Medical Center.
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