La hija mayor del monstruo de Denver, Bella Watts, luchó por su vida mientras él la estaba ahogando y se mordió la lengua varias veces, dijo el fiscal del caso en la audiencia de condena de Chris Watts.
Al principio hablaron los padres de la esposa asesinada, Shanann, Frank y Sandra Rzucek.
"Usted no sabe lo que es amor, porque si lo supiera no las habría matado", dijo Frank Rzucek. "Monstruo, usted pensó que iba a salirse con la suya. Las sacó de la casa como si fueran basura. Usted enterró a mi hija Shannan y a Nico [la criatura en su vientre] en una tumba de poca profundidad y luego puso a Bella y a Cece [Celeste] en depósitos de petróleo".
Watts, que se había declarado culpable de asesinar a su esposa embarazada y a sus dos hijas de tres y cuatro años, fue sentenciado por el juez de la Corte de Distrito Marcelo Kopcow a cuatro condenas de cadena perpetua sin derecho a libertad condicional y más de medio siglo de prisión por cargos adicionales en una corte de Denver.
La esposa, Shanann, hizo todo lo posible por salvar el matrimonio, le enviaba mensajes de texto y le dio libros de autoterapia para evitar la separación de parejas, uno de los cuales la policía halló en la basura, de acuerdo con el fiscal.
La abogada de Watts habló a su nombre y dijo que él había pedido decir que lo sentía mucho.
La madre del asesino confeso, Cindy Watts, habló poco antes de que se anunciara la condena, y dijo que nunca iba a ser capaz de entender lo que había ocurrido ni por qué su hijo había sido capaz de hacerlo.
La abogada de los padres leyó la declaración del padre, Ronnie Watts, en la cual este dijo que a pesar de todo, amaba a su hijo.
EL CASO
Cuando las reportaron como desaparecidas el lunes 13 de agosto en Frederick, Colorado, Watts, de 33 años, habló ante las cámaras y dijo: "Shanann, Bella, Celeste, si están ahí, sólo regresen".
Lo detuvieron la noche del 15 de agosto, y entonces declaró que había matado a su esposa al verla cómo estrangulaba a una de sus hijas después de anunciarle que quería separarse de ella.
Después se supo que había enterrado el cadáver de Shannan en una tumba poco profunda en los terrenos de la compañía petrolera donde trabajaba, y que lanzó los cuerpos de las niñas en un tanque de combustible.
Watts tenía una relación extramatrimonial de menos de dos meses con una compañera de trabajo, Nichol Kessinger, que la mañana del mismo 15 de agosto se presentó a la policía y fue entrevistada por agentes del FBI.
Kessinger habló públicamente por primera vez la semana pasada, en entrevista exclusiva concedida al diario The Denver Post.
Watts es un mentiroso empedernido, les dijo Kessinger a los investigadores. Cuando se conocieron en junio, según ella, le aseguró que ya estaba en trámites finales de divorcio y que buscaba un apartamento para independizarse.
También la semana pasada hablaron por primera vez la madre y el padre del asesino confeso, Cindy y Ronnie Watts. Según ella, antes de casarse su hijo "era normal", pero Shanann fue abusiva con él y lo apartó de su familia.
El 6 de este mes, en un acuerdo con los fiscales, Watts se declaró culpable de nueve cargos: cinco de homicidio en primer grado, uno de terminación ilegal de embarazo, y tres de manipulación de un cadáver. Con ese acuerdo evitó ser condenado a muerte.