El Partido Demócrata consiguió este martes retomar el control de la Cámara de Representantes del Congreso estadounidense y, si bien la "marea azul" no llegó a convertirse en tsunami (quedó lejos de su sueño de retomar el Senado), su mayoría en la Cámara Baja implicará una profundización de la confrontación entre la oposición y el gobierno de Donald Trump, que tendrá controles más estrictos y un menor margen de acción.
Necesidad de consenso
En primer lugar, y como resultado obvio, la Casa Blanca necesitará de un mayor consenso para aprobar sus iniciativas en el Poder Legislativo.
Trump respiró aliviado tras mantener el control (y aumentar la diferencia) en el Senado, hemiciclo donde se vota la confirmación de puestos en el gabinete y se aprueban a jueces federales. Sin embargo, tener al Congreso dividido lo obligará a moderar sus políticas más polémicas para aprobar las leyes, en batallas clave como la del presupuesto del próximo año fiscal. De no hallar un consenso, la discusión volverá a significar un nuevo "shut down", el cierre parcial del gobierno federal.
De esta forma, se reducen las esperanzas republicanas de conseguir el financiamiento para la construcción del prometido muro en la frontera con México.
Es posible que el presidente acuda a la opción de firmar más órdenes ejecutivas, gobernando por decreto, aunque su capacidad es limitada por el marco constitucional. Si insiste en este camino, es posible que sus medidas sean impugnadas en la Justicia, donde eventualmente se podría llegar a la Corte Suprema, tribunal de mayoría conservadora.
Investigaciones y declaraciones
Con la nueva conformación de la Cámara Baja, los demócratas podrán presidir la mayoría de los comités, manejando los procesos y aprobando medidas muy significativas.
El Comité Judicial podría, por ejemplo, aprobar la apertura de un proceso de impeachment contra Donald Trump, y posteriormente ser aprobado por una mayoría simple en el pleno, aunque de no tener argumentos de peso, el caso no tendría éxito en el Senado donde se necesitan dos tercios. De todas formas, la iniciativa marcaría un elevadísimo grado de confrontación.
Las comisiones podrían también abrir investigaciones parlamentarias contra el presidente o sus funcionarios, negadas o frenadas hasta ahora bajo el control republicano.
Como parte de la fiscalización y control del gobierno, se prevé que los demócratas citen a declarar a funcionarios y asesores de Trump, con testimonios que luego pueden ser hechos públicos, afectando la imagen del mandatario y su gestión. Entre los voceados por la prensa estadounidense para ser convocados ante los congresistas, figuran Donald Trump Jr. y Jared Kushner (yerno del presidente), quienes tuvieron un importante rol en la campaña y se reunieron con representantes rusos.
"A Donald Trump puede que no le guste escuchar esto, pero por primera vez su Administración será hecha responsable por sus actos. Aprenderá que no está por encima de la ley", declaró a CNN Jerry Nadler, quien se espera que lidere el Comité Judicial a partir de enero. Aunque aseguró que tendrá mesura en su rol, adelantó que investigará los presuntos conflictos de interés por parte del presidente y una posible violación del protocolo de seguridad con respecto a los funcionarios de la Casa Blanca.
La buscada declaración de impuestos
Fue un tema caliente durante la campaña presidencial del 2016. Donald Trump se negó a revelar sus declaraciones de impuestos y aseguró que eventualmente serían públicas, una promesa que nunca se cristalizó. El control demócrata en la Cámara Baja podría zanjar el asunto.
Richard Neal, el demócrata de mayor rango en el Comité de Medios y Arbitrios, se apresta a tomar la presidencia de la comisión y ya anunció su voluntad de conseguir esos documentos. También estará habilitado a hacerlo Maxine Waters, futura titular del Comité de Finanzas y una de las críticas más férreas del presidente.
El debate sobre la fortuna de Trump volvió a ser comentada en las últimas semanas luego de publicarse una investigación del New York Times que reveló una multimillonaria evasión fiscal por parte de la familia del magnate republicano.
En principio, la Cámara no necesita pedírselos al mandatario, sino que debe solicitarlos al Servicio de Impuestos Internos (IRS). No obstante, se espera que Steve Mnuchin, secretario del Tesoro, se rehúse a hacerlos públicos, lo que hace prever una nueva batalla judicial.
Protección para el fiscal Mueller
Donald Trump ha dado entender que planea despedir al fiscal general, Jeff Sessions, y en las últimas semanas hubo fuertes rumores sobre la posible salida de su adjunto, Rod Rosenstein, lo que allanaría el camino para poner fin a la investigación del fiscal Robert Mueller sobre la intromisión del gobierno ruso en las elecciones estadounidenses y una presunta coordinación con el Partido Republicano.
La posibilidad asustó al Partido Demócrata, que ahora cuenta con herramientas para asegurar la continuidad. En manos de los republicanos, el panel cerró su investigación en marzo y aseguró que no había encontrado evidencias, lo que enfureció a la oposición.
En caso de que un nuevo Fiscal General cierre la pesquisa, su trabajo puede continuar en la Cámara de Representantes, ya que los congresistas pueden abrir una investigación propia en base a los avances logrados en 18 meses de trabajo.
"Deberemos revisar lo que Mueller ha podido hacer y decir, ya sea por acusaciones o reportes", indicó Adam Schiff, futuro titular del Comité de Investigación. "Podremos proteger a nuestras instituciones y ver completa a esta investigación", agregó.
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