Una mujer transgénero, una latina sub 30 y una escritora afroamericana: las figuras femeninas que hacen de estas legislativas de EEUU una elección histórica

Con un récord de candidatas mujeres, el movimiento #MeToo se ha colado en la campaña electoral. Christine Hallquist, Alexandria Ocasio Cortez y Stacey Abrams intentarán que el fenómeno se refleje también en los resultados

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Christine Hallquist (AFP)
Christine Hallquist (AFP)

Los comicios que se desarrollan este martes en Estados Unidos se han convertido en un momento bisagra para la política estadounidense, porque ya son un referéndum sobre los primeros dos años de presidencia de Donald Trump.

En efecto, no sólo se pondrá en juego si los republicanos retienen el control de las dos Cámaras legislativas, sino que las candidaturas han marcado lo que ya puede denominarse un nuevo paradigma. Con una récord de candidatas mujeres y la agenda de género colándose en los discursos -tras la explosión del #MeToo en Hollywood-, los resultados de los comicios podrían arrojan un escenario político más equitativo.

Una de las señales de que esta nueva era tiene que ver con la candidatura a la gobernación de Vermont de Christine Hallquist, quien podría convertirse en la primera mujer transgénero en ocupar ese cargo en la historia de los Estados Unidos.

La candidata demócrata de 62 años está casada con su esposa de toda la vida, tiene tres hijos y dos nietos y vive en un pequeño pueblo de Vermont de apenas 3 mil habitantes. Hasta sus 60 años respondió al nombre de David, cuando como CEO de su compañía comenzó a mostrarse como Christine.

Hallquist, quien lideró la recaudación de fondos entre los demócratas que aspiraban a ser candidatos, compite por el estado con el actual gobernador republicano, Phil Scott.

Mientras la ingeniera electrónica de la Universidad de Massachussetts trabajaba en una compañía de energía, la ahora candidata se convirtió en la primera directora ejecutiva de una empresa en hacerse un cambio de sexo en 2015, un proceso para el que no abandonó su puesto.

En medio de la campaña electoral, Hallquist denunció que recibía en promedio unas cinco amenazas de muerte diarias, además de insultos de todo tipo, desde "hombre disfrazado de mujer", hasta acusaciones de que posee enfermedades mentales incapacitantes.

"Creo que mi victoria da esperanza a la comunidad transgénero", aseguró después de su victoria en las primarias a The New York Times.

La otra figura femenina fuerte en estos comicios es Alexandria Ocasio-Cortez, quien podría pasar de bartender y camarera de un restaurant de Union Square a convertirse, con apenas 29 años, en la mujer más joven en llegar al Congreso de los EEUU.

Alexandria Ocasio-Cortez
Alexandria Ocasio-Cortez

Nacida en el Bronx de padres hispanos, en junio pasado Ocasio Cortez derrotó en elecciones primarias al congresista Joseph Crowley, cuarto demócrata en jerarquía en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, ganador de 10 periodos consecutivos (desde 1999) y potencial candidato para convertirse en presidente de la Cámara.

La candidatura de Ocasio-Cortez desafió al establishment demócrata con un programa progresista heredero de la campaña de Bernie Sanders. Salario mínimo a 15 dólares la hora, anulación de las matriculas en las universidades, creación de un programa de sanidad pública y abolición de la policía migratoria. Se autodefine como socialista y no acepta dinero de las corporaciones ni de las grandes fortunas.

Ocasio-Cortez se presenta como un cambio en todo sentido: es joven, es mujer, es latina, maneja hábilmente las redes sociales y está mucho más a la izquierda que cualquier contrincante. "El Congreso es demasiado viejo", dijo al portal de noticias Elite Daily.  Y tiene razón: el promedio de edad de los representantes estadounidenses es de 57,8 años.

Alexandria Ocasio-Cortez durante un evento
Alexandria Ocasio-Cortez durante un evento de campaña en Nueva York (REUTERS/Andrew Kelly)

Proveniente de una familia de clase media, su padre era arquitecto y su madre una ama de casa puertorriqueña. Pero las cosas se complicaron con la muerte de su padre de un cáncer en 2008, en plena crisis económica y cuando Alexandria estudiaba en la universidad. La familia quedó al borde de la quiebra, su madre comenzó a limpiar casas, y la propia Alexandria trabajó largas jornadas como mesera para ayudar a la familia. Pese a todo, logró estudiar economía y relaciones internacionales en la Universidad de Boston.

Stacey Abrams es otro de los rostros que definieron esta elección. Abogada y escritora afroamericana de 44 años, tratará de romper con con una larga tradición en el estado de Georgia, que siempre ha tenido gobernadores hombres y blancos.

Si esta ex legisladora estatal y exitosa novelista de romance y suspenso (con el seudónimo Selena Montgomery) se impone ante el republicano Brian Kemp, se convertirá en la primera gobernadora afroamericana en la historia del país.

Democratic candidate for Georgia Governor
Democratic candidate for Georgia Governor Stacey Abrams smiles as she speaks during an election-night watch party Tuesday, May 22, 2018, in Atlanta. (AP Photo/John Bazemore)

Abrams nació en 1973, segunda entre seis hermanos, en Mississippi, otro estado sureño de raíz esclavista y leyes Jim Crow que legalizaron la discriminación hasta la lucha por los derechos civiles. "Mississippi tenía una pobreza completamente devastadora cubierta de finura", escribió en sus memorias 'Minority Leader' (Líder minoritaria).

Abrams estaba en la escuela secundaria cuando su madre bibliotecaria y su padre trabajador de astilleros mudaron la familia a Atlanta, donde sus hijos tendrían mejores oportunidades de educación. Abrams estudió en Spelman College, la histórica universidad para mujeres afroamericanas.

Allí, en 1992, vio por televisión las protestas de la comunidad afroamericana cuando la justicia exoneró a los policías blancos de Los Angeles que habían golpeado brutalmente a Rodney King. Como en muchos lugares del país, la prensa local describió a los manifestantes como "vándalos furiosos, en lugar de seres humanos complejos que en un solo veredicto habían visto la crítica de su humanidad", escribiría luego.

Llamó a todas las estaciones de radio y televisión para quejarse. Un periodista la invitó a integrar el público que dialogaría con el alcalde Maynard Jackson, el primer afroamericano que gobernó Atlanta. Cuando le preguntó qué había hecho por los jóvenes pobres, Jackson reparó en ella. Pronto Abrams trabajaba como asistente en la oficina de Servicios para la Juventud de la ciudad.

Manifestantes a favor de Stacey
Manifestantes a favor de Stacey Abrams en Atlanta (Jessica McGowan/Getty Images/AFP)

Tras hacer un máster en la Universidad de Texas, se graduó en derecho en Yale y regresó a Atlanta, donde trabajó como abogada del municipio. En 2006 fue elegida representante en la legislatura estatal y se convirtió en líder de la minoría cuatro años más tarde.

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