La vecina de los altos llamó a Savanna LaFontaine-Greywind, que tenía ocho meses de embarazo, para que la ayudara con un trabajo de costura. Al llegar a su apartamento la mujer se puso hostil, la acusó de que ella maltrataba a los gatos y se enfrascaron en una pelea física.
LaFontaine-Greywind cayó al suelo, se golpeó la cabeza y quedó inconsciente.
Fue entonces cuando Brooke Lynn Crews, de 38 años, usó un cuchillo para abrirle el vientre y sacar a la bebé. LaFontaine-Greywind, de 22, estaba viva y trató de incorporarse al menos una vez mientras todo eso ocurría. Murió más tarde, desangrándose, y su cuerpo fue hallado días después en una bolsa plástica a la orilla de un río.
Ese fue el relato que hizo la fiscal Tanya Johnson Martínez en una corte de Fargo, en el estado de Dakota del Norte, a partir de los propios testimonios de la asesina convicta cuando fue interrogada por la policía, según reportó el diario St. Paul Pioneer Press.
Los hechos ocurrieron el 19 de agosto de 2017, y el juicio comenzó en diciembre de ese año. El 2 de febrero pasado, el juez Frank Racek condenó a Crews a cadena perpetua sin derecho a libertad condicional.
Afortunadamente, la bebé, Haisley Jo, sobrevivió, y a sus seis meses de nacida fue vista en las audiencias en brazos de su padre, Ashton Matheny, con quien hoy vive. Matheny lloraba durante las sesiones, y luego declaró que era la primera vez que oía cómo había muerto su novia, con la que iba a casarse.
"Haisley tomaba su primer aliento cuando su madre estaba tomando su último aliento", subrayó la fiscal Johnson Martínez en la corte.
Minutos antes de que el juez Racek dictara sentencia contra ella, Crews dijo unas palabras, citadas por el periódico St. Paul Pioneer Press: "De verdad, de verdad, de verdad lo siento mucho. Quisiera poder ser yo la que sintiera el dolor [de la familia de la víctima]. Quisiera no haber hecho esto. No hay excusa. No hay forma de racionalizarlo. No hay nada. Sé que ya no ayuda, pero lo siento".
El mes pasado, el novio de la asesina, William Hoehn, de 33 años, fue condenado a cadena perpetua con derecho a libertad condicional.
A Hoehn lo hallaron inocente del cargo de conspirar para matar a LaFontaine-Greywind y apoderarse de su hija, a cambio de que él se declarara culpable de dos cargos menores: conspirar para secuestrar a la bebé y dar información falsa a los investigadores.
También él se mostraba profundamente arrepentido en corte: "Sepan que estoy avergonzado de mis acciones. No volvería a actuar y jamás podría volver a actuar como lo hice aquellos días. No soy un criminal enloquecido, pero sé que actué como un loco malvado".
En el juicio de Hoehn se supo que él llegó a la casa de la asesina poco después de consumado el crimen, y que ella le mostró a la bebé diciéndole: "Mira, esta es nuestra hija, tenemos una familia".
El hombre ayudó a limpiar la escena del crimen y recogió zapatos y toallas ensangrentadas para deshacerse de ellas tratando de no dejar rastros.
"Esa noche debí haber llamado a la policía", le dijo después al diario The Forum.
Pero el arrepentimiento de Hoehn no fue suficiente para que la madre de la víctima, Norberta Greywind, se apiadara de él, y así se lo hizo saber al jurado, según reporta la revista People.
"Piénsenlo bien antes de tomar una decisión", dijo la mujer. "Este hombre trató de apoderarse de la hija de Savanna para criarla como si fuera suya. Llegó a decir que los días que pasó con mi nieta fueron los días más felices de su vida. Hay que estar muy enfermo para eso".
El padre de la bebé le contó a la revista que tiene pesadillas recurrentes por lo que le pasó a Savanna, pero que está criando a su hija con la ayuda de sus propios padres y de los abuelos maternos de la niña. Sus amigos abrieron una cuenta a su nombre y el de Haisley Jo en GoFundMe para ayudarlo, y de una meta de USD 25.000, el miércoles sobrepasaba los USD 22.300.
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