Permanecían ocultas en el baño. Con una copa. En ella pretendían beber la sangre de sus víctimas, a las que trozarían. Las dos niñas ya habían advertido que algo grave ocurriría en el colegio. Fue por eso que se reforzó la seguridad y pudieron encontrarlas.
El hecho ocurrió el martes en el Bartow Middle School, de esa localidad de Florida, Estados Unidos. Las alumnas, de 11 y 12 años, fueron puestas bajo custodia. Toda la comunidad quedó conmovida con el descubrimiento y por el nivel de agresividad de las niñas. Las identidades de las menores y de sus padres no fueron hechas públicas para preservar su identidad.
Una vez que fueron llevadas con el director de la institución, les pidieron que vaciaran sus bolsillos. En ellos llevaban un cuchillo y un afilador. Cuando solicitaron que dejaran requisar sus mochilas, descubrieron una cuchilla de carnicero, tijeras y hasta un cortador de pizzas.
Al ser interrogadas sobre qué estaban haciendo encerradas en el baño, confesaron: planeaban matar a varios estudiantes.
"Querían matar al menos a 15 personas y estaban esperando en el baño para encontrar niños más pequeños que pudieran ser sus víctimas", dijo el jefe de policía de Bartow, Joe Hall, quien agregó: "Creo que estas dos pequeñas niñas, las llamaré 'pequeñas niñas' porque solo tienen 11 y 12 años, se sentaron seriamente y planearon hacer daño corporal a otros estudiantes en la escuela".
Desde el fin de semana, las agresoras intercambiaron mensajes de texto en los cuales planificaban sus ataques "minuciosamente". En uno de ellos, incluso, dieron cuenta de que estaban inspiradas por el demonio. "Hoy estamos haciendo esto gracias a Satán", decía uno de ellos, de acuerdo con los documentos policiales.
Una vez puestas en custodia, las alumnas indicaron que eran "adoradoras de Satán" y que planeaban beber la sangre de sus víctimas en la copa que habían llevado a la institución educativa. Pero había más: también habían proyectado que comerían los restos de carne de aquellos a quienes asesinaran con sus armas cortantes y que, tras dejar los cadáveres en la puerta de entrada del Bartow Middle School, se quitarían la vida.
Visiblemente alteradas en sus facultades, la lógica que utilizaron ambas estudiantes fue espeluznante y tenebrosa. Creían que si mataban a esos 15 estudiantes se convertirían en peores pecadores, pero además después de suicidarse podrían asegurarse un lugar en el infierno, "para estar cerca de Satanás", de acuerdo al documento presentado por los investigadores.
¿Y los padres? La Policía de Bartow está completamente segura de que no estaban al tanto de los ideales satánicos de sus hijas y que nunca supieron sobre sus planes para asesinar compañeros, de acuerdo con ABC.
Ambas estudiantes fueron arrestadas y acusadas de conspiración para asesinar, posesión de armas en una escuela e interrupción del funcionamiento del campus escolar. En las próximas horas, los fiscales deberán decidir si las niñas serán acusadas formalmente como menores o adultos. Actualmente, las alumnas se encuentran bajo custodia policial. La Superintendente de las Escuelas del Condado de Polk, Jacqueline Byrd, dice que promoverán la expulsión de ambas.
El jefe del Departamento de Policía de Bartow emitió un comunicado en el cual trata de llevar tranquilidad a una convulsionada comunidad. "Entiendo que la reciente noticia de un complot para matar estudiantes en la Escuela Intermedia Bartow es preocupante", dijo Hall.
"Sin embargo, quiero dejar claro que sus hijos son nuestros ciudadanos más preciados aquí en la ciudad y hacemos todo lo posible, todos los días, para asegurarnos de que nuestros niños estén seguros. Trabajamos muy de cerca con la Junta Escolar del Condado de Polk y quiero asegurarles que haré todo lo que esté a mi alcance para garantizar la seguridad", agregó el oficial mayor.
La conspiración se detectó gracias a la comunicación que la madre de una de las niñas mantuvo con las autoridades de la institución. Después del primer período, la madre de una de las sospechosos recibió un aviso de la escuela de que su hija no había asistido al segundo período. Sin embargo, esta se comunicó con la escuela y dijo que su hija había sido dejada esa mañana.
La situación llamó la atención de las autoridades escolares que comenzaron a requisar cada rincón de los edificios del Bartow Middle School. Finalmente, ambas fueron encontradas en el baño, escondidas, agazapadas, con una copa. La misma que utilizarían para beber la sangre de sus inocentes víctimas.
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