Había sido un viaje "productivo" en términos de la cantidad de "trofeos" obtenidos. Un par de semanas en Namibia le bastaron a Blake Fischer y a su esposa para matar a al menos 14 animales de diferentes especies.
Tan orgulloso estaba de su cosecha, que envió un mail con fotos y detalles de su expedición de caza a más de 100 personas. Entre sus víctimas se podían encontrar jirafas, leopardos, antílopes, impalas, kudúes, facóqueros y órices, entre otros.
Las imágenes no tardaron en viralizarse en las redes sociales, causando la indignación de miles de personas. Fischer trató de defenderse diciendo que no había hecho nada "ilegal, antiético o inmoral", pero no hubo caso.
La foto que causó mayor rechazo fue una en la que el hombre posaba sonriente junto a varios babuinos muertos, que estaban ensangrentados. Los había matado tirándoles con arco y flecha.
"Así que maté a una familia entera de babuinos", decía en el epígrafe de la imagen.
Ante el aumento de la presión social, Fischer se vio obligado a presentar este lunes su renuncia al frente de la Comisión de Pesca y Juego de Idaho. El cargo demanda elevados estándares éticos en la regulación de la fauna autóctona y en el otorgamiento de permisos de caza.
En una carta dirigida al gobernador C.L. Butch Otter, y difundida por KBOI-TV, pidió perdón por sus actos. "Recientemente tomé malas decisiones que resultaron en la difusión de fotos de caza en las que no mostraba un nivel apropiado de espíritu deportivo y de respeto por los animales", escribió.
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