Un hombre que fue compañero de estudios de Brett Kavanaugh en la Universidad de Yale, Charles Ludington, hizo pública una declaración en la cual asegura que el candidato a juez de la Corte Suprema era un bebedor empedernido, que lo vio tambalearse y hablar enredado por el consumo de alcohol, y que en una ocasión le tiró la cerveza en la cara a alguien que le había hecho un comentario ligeramente hostil.
Ludington no cree que acciones de ese tipo cometidas por un joven de 18 o 21 años sean suficientes para descalificarlo el resto de su vida. Sin embargo, le preocupa que alguien que aspira a convertirse en uno de los jueces más poderosos de la nación mienta bajo juramento y no reconozca que su forma de beber pudo haberlo dejado momentáneamente inconsciente.
Ludington es ahora profesor en la Universidad Estatal de Carolina del Norte.
Después de haber dicho inicialmente que no era necesario, el Presidente Trump le ordenó el viernes al FBI iniciar una investigación de una semana sobre las recientes acusaciones de agresión sexual contra Kavanaugh.
Es el séptimo background check que le hacen al ahora juez federal.
El domingo los investigadores entrevistaron a Deborah Ramírez, una de las tres mujeres que acusan a Kavanaugh de conducta sexual inapropiada. De acuerdo con CBS News, la mujer dio detalles de su alegación de que el entonces estudiante de Yale se le expuso en una fiesta a principios de los 80, y dio nombres de personas que podrían corroborarlo.
Reportes de prensa indicaron que la pesquisa excluye las denuncias de Julie Swetnick, pero la Casa Blanca aseguró que no está administrando el proceso y el Presidente dijo el domingo en un mensaje de Twitter que el FBI entrevistará a quien estime pertinente.
Este es el texto íntegro de la declaración de Ludington:
Numerosos reporteros se han puesto en contacto conmigo para que les hable de Brett Kavanaugh y no he querido decir nada porque no tengo nada que aportar al tipo de juez de la Corte Suprema que él pudiera ser. Conocía a Brett en Yale porque era compañero de clases y jugador de baloncesto universitario, y a Brett le gustaba socializar con los atletas. De hecho, los atletas eran el núcleo del círculo social de Brett.
En los últimos días me he sentido profundamente preocupado por lo que ha sido una flagrante descripción errónea por parte del propio Brett sobre su forma de beber en Yale. Cuando vi la entrevista de Brett y su esposa en Fox News el lunes, y cuando vi a Brett dar su testimonio bajo juramento ante la Comisión Judicial del Senado el jueves, quedé estupefacto.
Porque el hecho es que en Yale, y no puedo hablar de otros momentos, Brett bebía con frecuencia, y era un bebedor empedernido. Lo sé porque, especialmente en nuestros dos primeros años de la Universidad, yo solía beber con él. En muchas ocasiones oí a Brett hablar enredado y lo vi tambalearse por el consumo de alcohol, que no siempre era cerveza.
Cuando Brett se emborrachaba, a menudo se ponía beligerante y agresivo. En una de las últimas ocasiones en las que yo deliberadamente socialicé con Brett, fui testigo de cómo respondió una frase algo hostil no apaciguando la situación, sino tirándole su cerveza en la cara al hombre e iniciando una pelea que terminó con uno de nuestros mutuos amigos en la cárcel.
No creo que el consumo excesivo de alcohol o el comportamiento grosero de un joven de 18 o 21 años deba condenar a una persona por el resto de su vida. Sería un hipócrita si pensara eso. Sin embargo, tengo conocimiento directo y sostenido sobre su consumo de alcohol y sobre su disposición mientras estaba borracho. Y creo que las acciones de Brett como un juez federal de 53 años importan.
Si mintió en la televisión nacional sobre sus acciones en el pasado y, más aún, si lo hizo bajo juramento frente al Senado de Estados Unidos, creo que esas mentiras deben tener consecuencias. Es la verdad lo que está en juego, y creo que la capacidad de decir la verdad, incluso cuando no habla bien de uno mismo, es una de las cualidades supremas que buscamos en los jueces más poderosos de nuestra nación.
Puedo decir inequívocamente que al negar la posibilidad de que en algún momento él haya perdido la conciencia por beber, y al minimizar el grado y la frecuencia de su consumo de alcohol, Brett no ha dicho la verdad.
Sentí que era mi obligación civil hablar de mi experiencia mientras bebí con Brett, y ofrezco esta declaración a la prensa. No tengo deseos de decir nada más públicamente, y nada más que decir a la prensa en este momento. Sin embargo, entregaré mi información al FBI.
Charles (Chad) Ludington
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