Cuba acaba de devolver a las autoridades de Estados Unidos a una pareja que era buscada por robarse un yate en los cayos del sur de la Florida.
La versión de Aaron William Burmeister, de 46 años, y Ashley Ann McNeil, de 32, es distinta: al principio, pensaban que el Kaisosi, un catamarán de 40 pies de eslora que hallaron en la bahía de Newfound, en Little Torch Key, estaba abandonado.
Se dieron cuenta de que probablemente lo habían robado cuando ya estaban en alta mar, y entonces, viento en popa, decidieron seguir rumbo a Varadero.
Después iban a devolverlo, declaró Burmeister, porque no querían buscarse ningún problema, pero no sin antes pasar una luna de miel en Cuba.
Lo curioso, según los documentos legales referidos a flkeysnews.com por el investigador del caso, el agente especial de la Guardia Costera Jacob Kyer, la pareja había renunciado a sus respectivos empleos en Big Pine Key y pensaban no regresar nunca más a Estados Unidos.
Además, el cuento estaría muy bonito si no fuera por lo que hizo notar el dueño del catamarán, Héctor Cisneros: para poder mover el yate tuvieron que violentar una puerta.
Él lo había comprado en agosto del año pasado, y le costó USD 350.000. Tiene incluso paneles solares.
Cisneros se dio cuenta del robo el mismo día en que la pareja zarpó hacia Cuba en el Kaisosi, el 30 de marzo, y lo reportó a la oficina del sheriff del Condado de Monroe; a la Guardia Costera y al Servicio de Conservación de Vida Marina.
La noticia llegó entonces a las redes sociales, con foto y todo.
Burmeister y McNeil llegaron a Varadero al día siguiente, el 31 de marzo. Les permitieron abastecerse de combustible y les dijeron que tendrían que ir a La Habana, porque Varadero no era un punto de entrada autorizado para embarcaciones procedentes de Estados Unidos.
Pero el 1ro de abril ya las autoridades de la isla los habían detenido. Y la pista inicial para el arresto vino de las redes sociales. Desde entonces, Cuba estaba en conversaciones con Estados Unidos para devolver la pareja y el catamarán, según reporta flkeysnews.com.
Las redes sociales no fueron la única vía que tuvieron los funcionarios cubanos para enterarse del robo. También a través de internet lo supo un grupo de fanáticos de la navegación, la Seven Seas Cruising Association (Asociación de Navegación de los Siete Mares), cuyos miembros transmitieron la noticia por radio de alta frecuencia hacia todo el Caribe.
Y en el sur de la Florida, canales de televisión como el 10 de ABC estaban avisando a todo el que quisiera saberlo que el Kaisosi había sido robado y visto por última vez navegando hacia Cayo Hueso con las velas bajas.
Desde el 2 de abril, ya Cisneros sabía dónde estaba su catamarán y quiénes se lo habían llevado.