Convertido en uno de los modelos más esperados por los amantes de los automóviles, la flamante limusina presidencial de los EEUU debutó en la Gran Manzana sin grandes bombos y platillos.
Apodada "Bestia" por medios de todo el mundo, debido a su enorme porte y su función de fortaleza rodante a prueba de virtualmente cualquier ataque, la mole blindada tuvo su estreno durante lo que será una semana cargada de eventos organizados por la ONU que reunirán a los principales líderes del mundo en Nueva York en el marco de la Asamblea General 2018.
El modelo Cadillac, diseñado más como un vehículo militar de aspecto cuasi civil que como un simple transporte de lujo, fue visto en la ciudad de Nueva York, donde trasladará al ex magnate de los bienes raíces en visita oficial a la metrópolis que lo catapultó a la fama mundial por los imponentes rascacielos que ostentan la marca "Trump".
La versión que venía siendo utilizada hasta la fecha había sido puesta en servicio en el año 2009, cuando el ex presidente Obama recién comenzaba su primer mandato.
El paso de los años y el creciente número de amenazas a las que es expuesto el líder más poderoso del mundo cuando se encuentra de viaje, obligó a los servicios de inteligencia a trabajar en conjunto con General Motors y otras agencias para desarrollar un vehículo adaptado a los tiempos que corren.
El estilizado y todavía más impenetrable modelo visto el pasado domingo en el helipuerto de Wall Street es producto de un contrato gubernamental otorgado al poderoso conglomerado detrás de Chevrolet por la suma de USD 15.8 millones, para el diseño de "la nueva generación de limusinas de desfile fases 2 y 3".
Con elementos de diseño heredados del modelo de producción en serie Cadillac CT6, el vehículo de estado es en realidad un tanque disfrazado de limusina.
Sus características específicas son un verdadero secreto de estado pero expertos aseguran que su base es la del vehículo deportivo utilitario de tamaño completo Chevrolet Suburban.
Su blindaje pesado, compuesto por distintos tipos de armadura en su carrocería que le permite proteger a sus preciados ocupantes de ataques directos con distintos tipos de armamentos, también es resistente a minas.
President Trump, as seen from Marine One, arrives in New York City for #UNGA pic.twitter.com/p6ZVoamnaS
— Dan Scavino Jr. (@Scavino45) September 23, 2018
A pesar de su enorme tamaño y un peso estimado en torno a las siete toneladas, su suspensión ha sido calibrada para ser relativamente ágil y poder escapar de una emboscada en espacios relativamente reducidos.
Su sistema de supresión de incendios brinda la seguridad de que sus ocupantes no serán víctimas de las llamas dentro de la sofisticada cápsula de seguridad, mientras que sus neumáticos cuentan con una capa interior de kevlar que les permite seguir rodando aun completamente desinflados.
La cabina de pasajeros ha sido sellada del mundo exterior contra ataques nucleares, biológicos y químicos. Un sistema de visión nocturna permite manejar a oscuras tal como si se tratara de una tanque militar.
Su misión, después de todo, es escapar de un ataque y no convertirse en un arma ofensiva ante los enemigos.
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