La mujer cuya acusación de agresión sexual amenaza la nominación del candidato del presidente Donald Trump a la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos aceptó este sábado testificar ante el Senado, aunque aún quedan por negociar los detalles de la audiencia.
El comité judicial del Senado quiere escuchar a Christine Blasey Ford, la docente universitaria de 51 años que acusa al juez Brett Kavanaugh de agredirla sexualmente durante una noche de borrachera adolescente en la década de 1980 en un suburbio de Washington.
El magistrado niega enérgicamente los señalamientos y también ha aceptado testificar.
La presunta víctima ratificó su intención de hablar ante los legisladores, pero de momento no ha sido posible que Blasey Ford y la comisión ante la que debe comparecer acuerden la fecha exacta y la modalidad de la audiencia.
Si bien las abogadas de Blasey Ford dijeron este sábado que su cliente está lista para dar su testimonio "la semana próxima", no han propuesto una fecha precisa y ofrecen en cambio retomar las discusiones al respecto, según un correo electrónico publicado por el Washington Post.
El enfrentamiento ya lleva varios días. El viernes, el republicano que preside el comité judicial, Chuck Grassley, envió un ultimátum a Blasey Ford para que testificara el próximo miércoles y amenazó con que si la universitaria se negaba organizaría una sesión el lunes 24 para confirmar la designación del juez, sin escuchar su denuncia.
"Pedidos arbitrarios"
Christine Blasey Ford no desea testificar antes del jueves y pretende convocar a un testigo que estaba presente el día de la presunta agresión, que se habría producido cuando ella tenía 15 años de edad y Brett Kavanaugh 17.
Lo que se juega es mucho. En caso de que Kavanaugh fuera confirmado en este cargo vitalicio, los jueces progresistas estarán en minoría por un largo tiempo en el máximo tribunal estadounidense, que tiene competencia sobre numerosos temas que dividen a la sociedad, como el derecho al aborto.
Los republicanos pretenden que la votación para confirmarlo en el cargo tenga lugar antes de las elecciones de mitad de mandato de noviembre, en las cuales podrían perder el control del Congreso.
"Hasta ahora los republicanos (…) no acceden a su pedido de testificar el jueves y no el miércoles. Son sólo 24 horas" de diferencia, tuiteó la senadora demócrata de California Kamala Harris, unos minutos después de la difusión del correo de las abogadas.
"Apoyo su firme valentía frente a los pedidos arbitrarios, injustos e irracionales establecidos por el presidente Grassley", dijo también el senador demócrata Richard Blumenthal, miembro junto con Harris del comité judicial.
#WhyIDidntReport
Sabedor del desafío, el viernes Trump atacó frontalmente a Blasey Ford, a la que cuestionó sobre el silencio que mantuvo sobre el caso durante más de treinta años.
"Si el ataque contra la doctora Ford fue tan terrible como ella cuenta, entonces se habrían presentado cargos de manera inmediata con las autoridades locales", tuiteó el mandatario.
Miles de personas protestaron por la puesta en duda de la palabra de la víctima de parte del ocupante de la Casa Blanca y hablaron públicamente de sus casos, explicando, bajo el hashtag #WhyIDidntReport, por qué no los denunciaron en el momento en que ocurrieron.
"Porque yo tenía 18 años y estaba aterrorizada. Pensaba que no me creerían", tuiteó Gretchen Whitmer, candidata demócrata a gobernadora del estado de Michigan. "Conocía a mi agresor. No quería romperles el corazón a mis padres y tampoco ser definida por el acto violento y criminal de una persona".
Según el Departamento de Justicia, en 2016 cerca de 325.000 personas fueron víctimas de violaciones o de otros actos de agresión sexual, pero apenas 22,9% lo denunciaron a la policía.
El jefe de los senadores demócratas, Chuck Schumer, dijo el viernes que Trump había "despreciado" a una "persona que sobrevivió a un trauma".
"Debemos tratar con respeto a los sobrevivientes de agresiones sexuales, no intimidarlos ni pretender obligarlos a guardar silencio", protestó la legisladora demócrata Dianne Feinstein.
En su testimonio, publicado inicialmente en el Washington Post, Blasey Ford explicó que Kavanaugh y un amigo, estando "completamente ebrios", la habían arrinconado en un cuarto, tirado sobre una cama y pretendido desnudarla, antes de que ella lograra escapar.
En un artículo de este sábado en el Washington Post, el esposo de Christine Blasey Ford, Russell Ford, cuenta que la mención de Kavanaugh en los medios tras la designación de Trump despertó en la mujer recuerdos dolorosos. "Ella dijo 'No puedo soportar esto'", contó Russell Ford. "No puedo vivir en este país si él está en la Corte Suprema".
Con información de AFP
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