El Comité Judicial del Senado, que evalúa las candidaturas al Tribunal Supremo, anunció este martes que acogerá una audiencia extraordinaria para escuchar los testimonios de Brett Kavanaugh, el elegido por el presidente Donald Trump, para esa corte, y de su presunta víctima sexual.
Kavanaugh y la mujer de la que supuestamente abusó en los años 80, Christine Blasey Ford, acudirán el próximo lunes 24 de septiembre al Capitolio para ofrecer su testimonio en relación a las alegaciones en una sola audiencia, de acuerdo a un comunicado del jefe del comité, el senador derechista Chuch Grassley.
En el escrito, se habla de una única sesión en la que se encontrarán ambas partes y que será abierta al público.
Ambos habían informado este lunes de que estaban dispuestos a testificar bajo juramento ante el Comité Judicial.
La propia Casa Blanca, que nominó a Kavanaugh para la plaza vacante en el Supremo, aseguró en un comunicado que el magistrado estaba abierto a acudir al Senado a declarar "mañana mismo" en una audiencia donde espera "lavar su nombre".
En este sentido, Trump se mostró abierto ante la opción de que se retrase el proceso de confirmación que afronta Kavanaugh en el Senado para analizar el caso y aseguró que quería "escuchar a todo el mundo".
"Si necesita un pequeño retraso, habrá un pequeño retraso", comentó el mandatario, que auguró que no debería implicar mucha demora y explicó que no ha hablado con Kavanaugh a pesar de que hoy ha estado en la Casa Blanca.
El jueves estaba previsto que el comité votara sobre si recomendar o no a Kavanaugh, algo que al final no sucederá en esa fecha.
A finales de julio, Ford envió a los demócratas una carta en la que relataba el abuso de Kavanaugh y en la que pedía el anonimato.
Aunque en un primer momento no se hizo público de qué trataba la misiva, en los últimos días se ha difundido que estaba vinculada a una acusación de abuso y Ford terminó descubriendo su identidad.
Kavanaugh, ebrio, se aproximó a ella durante una fiesta, la metió en una habitación e intentó sobrepasarse con ella tratando de quitarle la ropa, tapándole la boca para acallar sus protestas y subiendo el volumen de la música para silenciarla hasta que finalmente ella pudo escapar.
Los demócratas remitieron la carta al Buró Federal de Investigaciones (FBI), que a su vez informó este martes que la ha enviado a la Casa Blanca en virtud de un acuerdo entre ambos organismos para compartir información sobre investigaciones que afecten a nominados por el presidente para cargos.
“La acusación no implica ningún delito federal. El papel del FBI en tales asuntos es proporcionar información para el uso de los que toman decisiones”, afirmó en un comunicado.
El ahora juez de apelaciones ha rechazado los hechos.
Con información de EFE
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