Las localidades costeras de Carolina del Norte y Carolina del Sur quedaron vacías este miércoles poco antes de que el huracán Florence desate furiosas ráfagas de viento y lluvias, a medida que enfila hacia el territorio continental de los Estados Unidos como la tormenta más poderosa en décadas.
El fenómeno presenta en las primeras horas de la jornada vientos máximos sostenidos de 215 kilómetros por hora y se encuentra sobre una trayectoria que probablemente llevará a su centro a golpear la costa sur de Carolina del Sur el viernes, dijo el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de los Estados Unidos.
Las últimas proyecciones del CNH indican que la tormenta se estacionará cerca de la costa, lo que provocará intensas lluvias por varios días y podría dar paso a inundaciones en sectores desde Carolina del Sur, donde algunas áreas podrían recibir hasta 1.000 milímetros de precipitaciones, a Virginia.
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Este miércoles, el presidente Donald Trump envió un video de advertencia y alertó también al estado de Georgia, ya que los pronósticos indican que la trayectoria giró levemente hacia el sur.
Se mantiene un aviso de marejada ciclónica en la zona, donde el CNH alerta de que "existe la posibilidad de inundaciones que amenacen la vida" debido a un aumento del nivel del mar "moviéndose tierra adentro" en las próximas 48 horas.
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