Virgil Solis. Detenido por matar a su esposa. Pero sin límites. Aún cuando se presenta ante una corte en el Bronx, Nueva York. A sus 58 años y con una imagen de impune aterradora lanzó una terrible y espeluznante declaración ante los presentes allí, dispuestos a juzgar sus actos.
Tras confesar haber apuñalado y destripado a su esposa Valerie (53 años), Solis lanzó la frase que retumbó e indignó al juez y la fiscalía: "Al menos ahora no tengo que preocuparme por otro hombre se folle a mi esposa". La familia de la víctima se horrorizó cuando el fiscal Richard Fasano repitió la frase. No podía creer tal nivel de sadismo.
El brutal crimen ocurrió el lunes alrededor de las 8.30 am en el apartamento del séptimo piso que ambos compartían en la sección Tremont, Bronx. Allí, la mujer encontró la muerte a manos del hombre que alguna vez juró amarla.
"Luego (de asesinarla) llamó a varias personas, incluido su oficial de libertad condicional y algunos miembros de la familia de la víctima para reportarles lo que había hecho", agregó Fasano. "Luego se rompió el GPS del tobillo y huyó hasta que fue arrestado por la policía en el centro de la ciudad de Nueva York". Los agentes lo detuvieron casi 12 horas después del crimen.
La familia de Valerie no podía creer lo ocurrido. "Él comió con todos nosotros, se sentó a nuestra mesa. Fue a cada reunión. Que haya ocurrido esto es inaceptable", dijo un allegado a la víctima al diario DailyMail.
A uno de los primeros que llamó Solis fue al padre de la hija de Valerie: "Ven a buscar a tu hija… acabo de matar a su madre". Fue una perturbadora llamada tras el homicidio. En otra llamada amenazó con ir al funeral de la mujer y disparar contra todos. Por último, llamó a su consejero en el Manhattan Psychiatric Center, donde vivía.
Pero no era la primera vez que el hombre atacaba a una mujer de manera brutal. Solis estaba bajo libertad condicional y llevaba una tobillera que registraba todos sus movimientos. Estuvo en prisión 18 años por atacar a una mujer que se negó a tener sexo con él.
"Ha cumplido con todos los requisitos y ha estado en contacto con su oficial de libertad condicional", dijo Suzanne McElwreath, la abogada de solis quien ante la Corte Criminal de Bronx intentó justificar en parte un pedido de fianza. "Aunque entiendo que estos son cargos muy graves, le pediría que considere establecer una fianza mucho más razonable".
El juez no hizo lugar al pedido de la letrada y no concedió fianza alguna al asesino.
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