Familiares de las víctimas, sobrevivientes, rescatistas y dignatarios comenzaron el martes una ceremonia en conmemoración del 17º aniversario de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en el lugar donde se alzaban las torres gemelas del World Trade Center. La ceremonia comenzó a las 8:46 a.m., la misma hora en que un avión comercial secuestrado chocó contra la torre norte en la ciudad de Nueva York.
La ceremonia, en la plaza conmemorativa donde una vez estuvieron las torres gemelas, comenzó con un momento de silencio y el tañido de campanas. Luego, los seres queridos de las víctimas comenzaron a leer los nombres de las casi 3.000 personas que murieron cuando cuatro aviones secuestrados se estrellaron contra cada una de las torres gemelas, el Pentágono y un campo en Pensilvania.
Entre los tributos se realizó la inauguración de un nuevo monumento a las víctimas el martes, luego de un año en el que dos ataques demostraron que la amenaza del terrorismo persiste en la mayor ciudad del país.
Margie Miller era uno de los familiares de las víctimas que se reunieron en la plaza conmemorativa donde estuvieron las torres gemelas. Llegó desde su casa en los suburbios de Baldwin, como lo hace unas 10 veces al año, para recordar a su esposo, Joel Miller. Solo se pudieron recuperar unos cuantos fragmentos de sus restos.
"Para mí, él está aquí. Este es mi lugar sagrado", dijo su viuda antes de que comenzara la ceremonia con un momento de silencio y campanadas.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el vicepresidente, Mike Pence, se dirigieron a Pensilvania y al Pentágono respectivamente, los otros dos lugares donde los atacantes estrellaron aviones secuestrados el 11 de septiembre de 2001, en el atentado terrorista más letal en suelo estadounidense.
Trump y su esposa, Melania, participarán en una ceremonia en el monumento a las víctimas del 11-S en un campo cerca de Shanksville, Pensilvania, donde el pasado sábado se inauguró la "Tower of Voices" (Torre de las voces). Pence tenía programado encabezar los actos en el Pentágono.
Trump, un republicano nacido en Nueva York, aprovechó el aniversario del año pasado para lanzar una dura advertencia a los extremistas y advertir que "Estados Unidos no puede ser intimidado".
Casi 3.000 personas fallecieron en los ataques del 11-S, una tragedia que sigue dando forma a las políticas y la política estadounidense además de a la vida cotidiana en lugares como aeropuertos u oficinas, incluso aunque sea una presencia menos constante en la conciencia colectiva luego de 17 años.
Poco después del aniversario del año pasado se produjo un claro recordatorio: una camioneta causó ocho muertos tras un atropello en un sendero cicloturista a unas pocas manzanas del World Trade Center en pleno Halloween.
En diciembre, un suicida potencial detonó una bomba de fabricación casera en un pasadizo del metro cerca de Times Square, según las autoridades. Agregaron que los sospechosos de ambos ataques estaban inspirados por el grupo extremista Estado Islámico.
Las conmemoraciones del 11-S son ya rituales familiares que se centran en la lectura de los nombres de los fallecidos, pero en la llamada zona cero de Nueva York, los familiares llenan cada año el acto de mensajes personales de recuerdo, preocupación e inspiración.
Horas después de esta ceremonia, dos potentes haces de luz iluminarán el cielo neoyorquino desde el bajo Manhattan para el "Tributo en Luz" anual.
Con información de AP
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