El 21 de julio el cuerpo de Steven Clayton fue encontrado sin vida al pie de la escalera, en el vestíbulo de su casa en Lake Wylie, Carolina del Sur. Tenía 64 años y era un exitoso empresario de la industria medicinal a nivel nacional. Un accidente doméstico fue lo que se divulgó inmediatamente después de su muerte. Un muy desafortunado accidente doméstico. Pero, al parecer, con la mano de alguien detrás.
Clayton era un hombre que disfrutaba de la vida. Le gustaba vivir. Viajaba por el mundo, escuchaba música, gozaba de un buen vino, de un cigarro cubano… pero, sobre todo, estar en compañía de sus dos galgos italianos era su debilidad: amaba a Guinness y Sadie, como los bautizó.
La versión primaria sobre su muerte decía que Clayton se había caído por la escalera y que, como consecuencia de los golpes, había muerto. Pero tras el funeral, la Policía del Condado de York recibió los resultados de la autopsia… y todo cambió. Absolutamente. No había habido un desafortunado accidente doméstico.
Clayton había sido envenenado.
La autopsia había determinado que en el cuerpo de la víctima había una gran cantidad de tetrahidrozolina. Es el químico que se usa para la descongestión nasal y las gotas para los ojos. Si alguien ingiriera en grandes dosis esta droga podría resultar tóxica. Eso fue lo que ocurrió con Clayton. No era la primera vez que alguien utilizaba este producto para envenenar a alguien, así que los detectives supieron que se encontraban ante un posible homicidio cuando recibieron los exámenes toxicológicos.
Lana Sue Clayton, de 52 años, no pudo mantener mucho tiempo la mentira. De inmediato, cuando fue interrogada, confesó que había envenenado a su marido con gotitas para los ojos. Sin embargo, los motivos que la llevaron a cometer tal homicidio se los guardó. Nadie sabe por qué decidió matar a quien decía amar.
"Reveló que usó el líquido que es conocido normalmente como gotas para los ojos, lo puso en su comida, y lo hizo sin su conocimiento", dijo el vocero de la oficina del sheriff de York, Trent Faris, de acuerdo con el diario The Herald. Para todos, Lana era una "mujer muy dulce". Incapaz de hacer lo que hizo. Es por eso que los vecinos están asombrados por lo ocurrido.
Algunos creen que podría haber algún tipo de motivación económica en el asesinato de su marido, aunque no está del todo claro. Clayton construyó su vivienda como una réplica de la que George Washington había levantado en Mount Vernon y estaba valuada en más de 800 mil dólares. Colindante con esta propiedad tenía otra de casi 400 mil dólares.
La tetrahidrozolina funciona porque los "compuestos se unen a los receptores en el sistema nervioso simpático, alterando las señales del sistema vascular". De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, consumir la sustancia puede causar un trastorno potencialmente mortal en el cuerpo. Dificultad para respirar, baja temperatura corporal, convulsiones y debilidad. El corpulento Clayton no lo resistió.
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