Robb Kulin se convirtió en el primer candidato a astronauta de la NASA que renuncia en medio siglo.
Kulin, de 34 años y natural de Alaska, fue uno de los 12 seleccionados el año pasado entre una cifra récord de 18,300 aspirantes.
Deja la agencia a mitad del curso de dos años, pues había empezado en agosto de 2017. Dijo que se va por motivos personales. La NASA no ofreció ninguna razón.
Cuando se sumó al selecto equipo era la tercera vez que competía por el puesto. Estaba trabajando desde 2011 en SpaceX, la compañía de Elon Musk, como administrador de fiabilidad de vuelos a cargo del grupo de Ingenieros de Lanzamiento en Hawthorne, California.
En SpaceX fue parte del equipo que diseñó y probó los cohetes Falcon 9. Al ser admitido en la NASA, dijo que quería poder volar al espacio en un vehículo que él mismo hubiera contribuido a diseñar.
El programa de adiestramiento intensivo de dos años en Texas incluía clases de supervivencia, caminatas espaciales e incluso un curso de idioma ruso para comunicarse con sus colegas en la Estación Espacial Internacional.
De haberlo terminado, habría pasado a cumplir funciones como investigador en la Oficina de Astronautas de la NASA hasta que le asignaran el primer vuelo. Al recibir la noticia de que era uno de los 12 afortunados, en una entrevista con el Anchorage Daily News, declaró que estaba dispuesto a cumplir cualquier misión.
Se había graduado de Ingeniería Mecánica en la Universidad de Denver y luego obtuvo una maestría en Ciencias de Materiales en la Universidad de California en San Diego. Allí mismo se hizo Doctor en Ingeniería con una especialidad en fractura ósea dinámica.
Además, fue pescador comercial en Alaska y perforador de hielos glaciares en la Antártica.
El año pasado le contó al Anchorage Daily News que había decidido hacerse astronauta cuando empezó a investigar en 2003 el desastre del transbordador espacial Columbia mientras estudiaba ingeniería mecánica en la Universidad de Denver.
Ese afán lo llevó a entrenarse por cuenta propia como piloto de aviones y como buzo de profundidades, dos ejercicios que le gustan y que asociaba con la formación de un aspirante a astronauta.
Parecía el expediente perfecto para un explorador de nuevos mundos, pero abandonó el programa, y todavía nadie sabe exactamente por qué, más allá de sus declarados "motivos personales".
Desde 1968 no se veía una renuncia como la de Kulin. Aquel año lo hicieron dos astronautas de la clase de 1967: Brian O'Leary, porque no veía un proyecto inminente que pudiera llevarlo al espacio, y John Llewellyn, después de haber fallado varias pruebas como piloto de jets.
La NASA le dijo al diario Houston Chronicle que no buscará llenar el puesto vacío dejado por Kulin y que completará el año de adiestramiento restante con los demás 11 candidatos, cinco mujeres y seis hombres.
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