"Allen es el hombre que lo sabe todo", dijo una persona del círculo del presidente Donald Trump a un periodista años atrás. "Pero jamás hablará", agregó sobre la persona que conocía a fondo los secretos de la Organización Trump. No es para menos: comenzó a trabajar con la familia del ahora mandatario hace casi medio siglo.
Sin embargo, el hermetismo del jefe financiero de Trump podría haber llegado a su fin el viernes, cuando trascendió que obtuvo inmunidad a cambio de colaborar en la investigación criminal contra el ex abogado del mandatario, Michael Cohen, en relación con los pagos que efectuó para silenciar a dos mujeres.
En enero de 2017, Weisselberg gestionó un reembolso de la Organización Trump a Cohen, aunque fuentes cercanas a las ideas del jefe financiero sostienen que éste no sabía que los honorarios mensuales de 35.000 dólares para el ex abogado tenían como finalidad pagar a Stormy Daniels.
Según documentos entregados en los tribunales el martes, Cohen entregó a los ejecutivos de la Organización Trump la copia de un extracto bancario que reflejaba el pago de 130.000 dólares a la actriz y 50.000 adicionales que, según escribió a mano, eran para "servicios tecnológicos".
Esos ejecutivos, entre los que estaba Weisselberg, "engordaron por cuestiones fiscales" el reembolso a Cohen hasta 360.000 dólares, con un bonus de 60.000, y el mes siguiente sugirieron pagar los honorarios desde un fideicomiso y "atribuirlo a gastos legales".
En una de las grabaciones entregadas a la justicia, Cohen le deja claro al presidente que su CFO (director de finanzas) conoce toda la operación. "He hablado con Allen Weisselberg sobre cómo configurar todo", dice Cohen a Trump.
Un pez gordo que pasaba desapercibido
A diferencia de otros colaboradores del presidente estadounidense, Weisselberg ha llegado a las tapas de los diarios el viernes sin prácticamente haber llamado la atención durante cinco décadas. Su muy bajo perfil lo ha acompañado durante toda su vida adulta, que dedicó exclusivamente a los negocios de la familia Trump.
Poco después de graduarse de la universidad, Weisselberg comenzó a trabajar para Fred Trump, en 1970, y luego para su hijo, el joven Donald cuando éste ingresó al negocio.
Con los años, el papel de Weisselberg en la organización de la familia ha crecido considerablemente. The Wall Street Journal informó que ha asumido diversas obligaciones, desde "organizar los cheques que firmaría Trump", hasta manejar "los tratos con los bancos y otros asuntos importantes". Weisselberg también supervisó muchos de los asuntos personales de Trump, incluidos los gastos del hogar y compras personales. Incluso preparó las declaraciones de impuestos de Trump durante algún tiempo.
Por su parte, el hijo de Weisselberg, Barry, trabaja en la pista de patinaje Wollman de Trump, en Central Park; su otro hijo, Jack, trabaja en Ladder Capital, que ha sido un prestamista principal de la Organización Trump en los últimos años, cuando pocos otros prestamistas trabajarían con una compañía que había experimentado varias bancarrotas.
En su libro publicado en 2004, "Piensa como multimillonario", Trump dice que Weisselberg ha estado junto a él "durante treinta años y sabe cómo hacer las cosas".
Además de su papel en la Organización Trump, Weisselberg fue tesorero de la Fundación Donald J. Trump, formó parte de la junta directiva de la Organización Miss Universo durante el período en que el certamen fue propiedad de Trump, y fue vicepresidente de la compañía de casinos Trump en Atlantic City.
Los "otros" negocios de la Organización Trump
Hay muchas preguntas abiertas sobre qué ha hecho la Organización Trump con su dinero en los últimos años, recoge un artículo de The New Yorker publicado el sábado. Por ejemplo, de dónde sacó Trump más de doscientos millones de dólares en efectivo para comprar y mejorar lujosamente un campo de golf que da pérdidas en Escocia.
O sobre un acuerdo de negocios firmado en Azerbaiyán, con pleno conocimiento del actual mandatario, con una familia ampliamente sospechada de lavado de dinero en favor de la Guardia Revolucionaria iraní.
O una investigación del FBI sobre los fondos que hay detrás de una propiedad del imperio Trump en Vancouver, y los también sospechados fondos detrás del Hotel Trump en Toronto.
Estos son solo algunos de los muchos negocios que Trump ha llevado a cabo y que podrían implicar lavado de dinero, evasión de impuestos, violaciones de sanciones y otros delitos financieros. Muchas de las preguntas clave sobre Donald Trump giran en torno a sus fuentes de financiamiento y sus socios comerciales: ¿Obtuvo deliberadamente fondos de delincuentes? ¿Lavó dinero para delincuentes? ¿Recibió una remuneración para mirar hacia otro lado cuando sus socios violaron la ley? ¿Se dedicó gran parte de su negocio a vender su famoso nombre para hacer que los proyectos ilegítimos parecieran viables?
Hasta dónde irá Allen Weisselberg
El mes pasado, la Fiscal General del estado de Nueva York, Barbara Underwood, demandó a la empresa familiar por algunas de estas cuestiones. Trump puede no saber las respuestas exactas a todas estas preguntas. Pero es posible que Allen Weisselberg sí.
Sin embargo, la información publicada en los medios estadounidenses sugiere que Weisselberg ha realizado el acuerdo por su inmunidad únicamente en lo referente al caso Cohen.
Si poseen una base razonable para creer que se ha cometido otro crimen, los fiscales podrían preguntarle a Weisselberg al respecto, y éste, temiendo ir a prisión, podría ampliar su cooperación.
El hecho de que Weisselberg se haya dado vuelta -y que aún pueda ir más lejos-, podría cambiar el cálculo de otras figuras en la órbita de Trump. Weisselberg es un pez grande, quizás el pez más grande de todos. Temiendo que pueda implicarlos en un crimen, muchos pueden estar deseando intercambiar información de los fiscales a cambio de su propia inmunidad.
Con información de AFP, AP y EFE
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