Quién es Michael Cohen, el hombre que se decía capaz de "recibir una bala" por Trump y ahora amenaza al presidente de EEUU

Se enriqueció vendiendo licencias de taxis en Nueva York, ganó fama con negocios inmobiliarios y conoce al detalle los manejos privados del presidente

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Michael Cohen y Donald Trump
Michael Cohen y Donald Trump (Reuters)

"Soy el tipo que recibiría una bala por el presidente", aseguró hace menos de un año Michael Cohen, quien durante una década fue abogado de Donald Trump. Este martes, esa lealtad que parecía tan profunda se desvaneció cuando implicó al presidente de los Estados Unidos en dos delitos graves mientras se declaraba culpable de los cargos de fraude bancario, fraude fiscal y violaciones al financiamiento de campañas políticas.

En el marco de un acuerdo con la fiscalía, afirmó que actuó "en coordinación y bajo la dirección de un candidato a un cargo federal" y añadió que lo hizo "con el propósito de influir en las elecciones". Tal declaración pone a Trump en riesgo legal y plantea la posibilidad de que un ex asesor revele secretos de larga a cambio de reducir su sentencia.

Soy el tipo que recibiría una bala por el presidente

"¿Usted sabía que todo esto estaba mal y era ilegal?", le preguntó el juez Pauley. "Sí su señoría", le respondió Cohen, la voz temblorosa. Fue un giro importante para el impetuoso neoyorquino que se identificó en la última década de su carrera con Trump.

(Reuters)
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El ascenso del abogado

Cohen, de 51 años, fue en el pasado un defensor especializado en lesiones personales que acumuló una pequeña fortuna con la sombría industria de las licencias de taxis en Manhattan, que alguna vez valieron tanto como un millón de dólares cada una.

Luego compró propiedades en un edificio de Trump y eventualmente escaló hasta terminar en una oficina junto a la del multimillonario en su rascacielos de la Quinta Avenida.

Como abogado personal de uno de los magnates inmobiliarios más ricos de Nueva York y vicepresidente de la Trump Organization, manejó numerosos negocios comerciales dentro y fuera de Estados Unidos, y tuvo también que solucionar algunos de los problemas más difíciles de quien luego se convertiría en presidente.

Cohen se casó con Laura
Cohen se casó con Laura Shusterman, la hija de un emigrante soviético que se encontraba en el turbulento negocio de los taxis de la Gran Manzana (Reuters)

Dejado de lado el triunfal traslado de Trump a la Casa Blanca, Cohen creó un negocio de su contacto personal con la Oficina Oval y juró su lealtad, luchando para proteger la reputación del presidente.

"Soy el tipo que detiene las filtraciones. Soy el tipo que protege al presidente y su familia. Soy el tipo que recibiría una bala por el presidente", dijo a la revista Vanity Fair en septiembre de 2017.

Fue durante la campaña que le mostró otra de sus capacidades al futuro presidente, al comprar el silencio de mujeres que amenazaron con revelar supuestos amoríos con el candidato republicano.

Solo días antes de las elecciones, Cohen le pagó 130.000 dólares a la estrella porno Stormy Daniels para que mantuviera silencio sobre su relación con Trump. También estuvo involucrado en la compra por 150.000 dólares de los derechos de la historia de la "conejita" de Playboy Karen McDougal sobre su supuesto affaire con el magnate.

Como un inversionista inmobiliario que
Como un inversionista inmobiliario que trabajaba con contactos rusos y ucranianos, el nombre de Cohen se vinculó a múltiples acuerdos de decenas de millones de dólares. Según el New York Times, Cohen podía cambiar propiedades tan rápido que despertó dudas sobre qué y quién estaba realmente detrás (Reuters)

Esas acciones, que involucraron empresas ficticias y entidades offshore controladas por Cohen, lo metieron en problemas legales por las leyes bancarias, fiscales y de financiamiento de campañas.

Ante la justicia, Cohen "testificó bajo juramento que Donald Trump le ordenó cometer un crimen al hacer pagos a dos mujeres para influir en la elección", según explicó su abogado, Lanny Davis, en un comunicado difundido tras la audiencia. "Si esos pagos eran un crimen para Michael Cohen, ¿entonces por qué no lo serían para Donald Trump?", preguntó Davis, comprometiendo al mandatario.

Consecuencias para Trump

Que el propio ex abogado del presidente lo involucre en un crimen es una tormenta política de considerables dimensiones, pero ello, en sí mismo, podría no tener mayores resultados. No hay antecedentes y todo apunta a que un mandatario no podría ser acusado por cargos criminales mientras está en la Casa Blanca.

El camino restante sería un juicio político, pero la violación de las normas electorales no asoma como un cargo suficiente para convencer a los propios republicanos que tendrían que votar contra Trump, cosa que sí podría pasar si se comprueba una obstrucción de la justicia o una coordinación con agentes rusos.

Michael Cohen y Donald Trump,
Michael Cohen y Donald Trump, en Septiembre de 2016 (REUTERS/Jonathan Ernst)

Sin embargo, todavía no se aclaró si es que Cohen solo se declaró culpable o es que también llegó a un acuerdo para colaborar con los investigadores federales que indagan la injerencia rusa en la campaña electoral, a cambio de una reducción de su condena.

Como conocedor de los detalles íntimos de la corporación Trump, de los temas familiares y de los arreglos políticos, sería una invaluable fuente si decide aportar lo que sabe a los fiscales.

Diferente es la situación en la arena política, donde los republicanos mantienen su apoyo al presidente bajo un cuidadoso cálculo. Por ahora, los legisladores oficialistas ven pocos incentivos para distanciarse de Trump cuando ni sus declaraciones más incendiarias le han restado el respaldo de los votantes. Las únicas voces disidentes en el Partido corresponden a congresistas que no son candidatos a un nuevo período.

El poder del presidente sobre los fieles al partido se mostró el martes en la noche, cuando encandiló a sus seguidores en un mitin en Virginia Occidental durante más de una hora.

(Con información de AFP, EFE y AP)

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