Chris Watts, el "monstruo de Denver" admitió haber matado a su esposa embarazada, pero dijo que lo hizo de furia al ver que ella estaba estrangulando a las niñas porque él le había pedido la separación.
Los cadáveres de sus hijas Celeste, de tres años, y Bella, de cuatro, aparecieron sumergidos en tanques de petróleo de la compañía Anadarko, donde él trabajaba hacía seis meses.
El cuerpo de Shanann Watts, embarazada de su primer hijo varón, fue hallado cerca de allí en una tumba poco profunda. En su cuenta de Facebook, ella lo llamaba a él "mi sostén" y "el mejor padre que mis hijas pudieran haber tenido".
Días antes, de acuerdo con el diario británico Mirror, Shannan publicó allí mismo la foto de una muñeca Barbie que sus hijas habían envuelto en lo que parecen ser dos grandes láminas de papel blanco por el lado visible y amarillo por el otro. Su comentario al pie decía: "No sé qué pensar de esto".
Antes de reconocer el crimen, el hombre declaró que había visto por última vez a su esposa cuando salía a trabajar poco después de las 5 de la mañana del 13 de agosto pasado.
Pero luego, en la segunda versión, contó que la había matado horas antes, cuando una amiga la dejó en la casa de regreso de un viaje de trabajo y él le dijo que quería separarse.
Siempre según su versión, bajó después de discutir con ella y por un monitor pudo ver cómo estaba estrangulando a Celeste, la menor de sus hijas, mientras la otra yacía inerme. Entonces subió y la estranguló de furia al darse cuenta de que había matado a las niñas.
Fue un amigo el que reportó la desaparición porque Shannan Watts no respondía sus mensajes. De acuerdo la policía, al segundo día de las investigaciones se supo que Chris Watts tenía una relación extramatrimonial con una compañera de trabajo, pero ella lo negó.
La fiscalía cree que los asesinatos fueron cometidos en la casa y que después el hombre trasladó los cadáveres.
La noticia de la tragedia sorprendió a Ashley Bell, una amiga de Shannan que creía conocer bien a la familia y con la cual la víctima se comunicaba casi a diario. "Simplemente no lo entiendo", aseguró Bell.
Se ha especulado si la pareja tenía problemas financieros. Al parecer, los salarios de los dos sumaban casi 90.000 dólares al año. Sin embargo, en 2015 presentaron una solicitud de protección por bancarrota.
El juez de distrito Marcelo Adrian Kopcow, a cargo del caso, negó solicitudes de la defensa de Chris Watts para que recogieran muestras de ADN de los cuellos de las niñas.
De ser hallado culpable de los cargos que se le imputan, Chris Watts podría ser condenado a la pena de muerte.