A primera vista, su aspecto físico impone respeto. Una máscara blanca que parece inspirada en el Fantasma de la Ópera es lo primero que llama la atención. Luego, tras una inspección más en detalle, su ojo izquierdo color azul cielo resulta difícil de ignorar, sobre todo cuando el derecho es marrón oscuro bordeado por una mancha del mismo color.
Sus cuatro patas están cubiertas naturalmente por lo que parecen ser medias blancas, lo que le brinda un aspecto todavía más distintivo al no necesitar mayores adornos para que todos se den vuelta a su paso.
El protagonista en cuestión es el Fantasma Sureño, un potro de dos años de edad que está generando sensación en el mundo hípico de los EEUU, no solo por su peculiar look, sino también por su velocidad a la hora de competir.
Sin ir más lejos, el sábado pasado terminó tercero en una carrera que tuvo lugar en Saratoga Springs, NY, posición para nada despreciable si se considera que se trató de su debut en el hipódromo, que cuenta con 150 años de antigüedad.
Su naturaleza dócil y extremadamente dulce van en contra de su aspecto fantasmagórico, con una cara tan blanca que necesita llevar protector solar para cuidar su delicada piel.
Desde que nació en Kentucky, el 5 de junio de 2016, se ha convertido en una sensación en redes sociales, donde cuenta con diversas cuentas creadas por fanáticos en su honor, en las que comparten videos y fotos de su ídolo equino.
Sus criadores y dueños del establo Southern Equine, ubicado en el estado conocido por su "pasto azul", aseguran que el mundo todavía no ha visto todo el potencial del despampanante animal.
Su entrenador, Eric Guillot, dijo, en diálogo con el periódico The New York Times, que la madre del potro no tenía ni una mancha de color blanco y que a su hermano solo se le puede ver una pequeña marca clara en todo su cuerpo.
Guillot cree que en el establo de cría pudo haber habido una confusión con el semental usado para preparar a la yegua para el caballo que realmente iba a preñarla. "El muchacho se enamoró de la madre de Fantasma, saltó la cerca, y dejó al novio inicial fuera del ecuación", explicó el experto de forma clara y sin rodeos.
El nivel de popularidad del potro es tal que un concurso en el que se proponía elegir un nombre para el caballo tuvo que ser cancelado antes de tiempo por la ola desmedida de sugerencias que se habían recibido.
El animal es tan especial que hasta requiere de anteojos de sol fabricados especialmente para proteger sus sensibles ojos de los insectos y, por qué no, de los flashes que lo siguen adonde sea que se presenta.
"Este caballito hace felices a las personas y a mí también" explicó Guillot. "Además, va a ganar alguna que otra carrera", concluyó su guardián.