Paul Manafort, ex jefe de campaña del presidente Donald Trump, protagoniza desde comienzos de la semana el primer juicio de la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre los supuestos lazos entre Rusia y el equipo electoral del actual mandatario.
Se enfrenta a 18 cargos de fraude bancario y fiscal por no haber declarado los 75 millones de dólares que obtuvo por asesorar a ejecutivos extranjeros, incluido el ex presidente ucraniano Víktor Yanukóvich (2010 — 2014), al que ayudó a mejorar su imagen. Entre 2006 y 2017, según la acusación, trabajó para este aliado de Vladimir Putin y para otros gobiernos sin comunicárselo a las autoridades estadounidenses, lo que constituye un delito.
El juez Thomas Selby Ellis III de la corte del distrito este de Virginia, en Alexandria, citó este martes a las partes para estudiar una solicitud de la defensa de Manafort, que pide que no se admitan 50 pruebas sobre sus actividades en Ucrania. Lo que más llama la atención es una insólita colección de trajes y chaquetas de lujo valuada en 929 mil dólares.
El equipo de Mueller considera que estas pruebas deben ser admitidas porque Manafort obtuvo buena parte de los ingresos con el que compró esas cosas por lo que hizo para Yanukóvich y para otros oligarcas rusos. Según la acusación, ocultó hasta 30 millones de dólares en empresas fantasmas y cuentas bancarias en diferentes países.
El vestuario Manafort le sirve también a la fiscalía para mostrarle al jurado el extravagante estilo de vida de Manafort. El caso extremo es el de una chaqueta de piel de avestruz, que costó 15 mil dólares.
Pero no es la única excentricidad. También tiene chaquetas de piel de pitón y de otros animales exóticos.
Su tienda preferida era la exclusiva House of Bijan, que en los 80 tenía una publicidad en la que se jactaba de ser "la más cara del mundo". Entre las pruebas hay un saco especialmente dedicado a Manafort, con sus iniciales.
La defensa del imputado argumenta que estas evidencias son "irrelevantes, perjudiciales y una pérdida de tiempo". Además, sostuvo que el objetivo del juicio de Virginia es determinar si Manafort cometió delitos económicos y no políticos, un asunto que centrará otro juicio que se celebrará en Washington en septiembre.
Los cargos no están directamente relacionados con las actividades que desempeñó como jefe de campaña de Trump entre junio y agosto de 2016. Pero en ese período mantuvo contacto con varios oligarcas cercanos al Kremlin, como el millonario Oleg Deripaska, según la acusación.
El juez ha considerado en numerosas ocasiones que Manafort es una figura de interés para Mueller porque podría incriminar a Trump. Por ahora, Manafort se ha declarado no culpable y se ha negado a colaborar con la acusación.
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